Novelas en horarios diurnos, programas nacionales con sketch que imitan a travestis y prostitutas de la calle antes del mediodía nos dejan un sabor amargo a los que todavía vemos algo de televisión nacional. Los adultos ya formados no tenemos problema de discernir y a un click de esfuerzo cambiamos de canal y punto. Pero los menores atraídos por estas imágenes de sexo explícito y vocabulario de escándalo del que tampoco escapan algunos programas de radio han traído lo más vulgar, lo más parecido a la basura a la exhibición casera ante oídos y ojos de niños y jóvenes. Es cierto que no podemos tenerlos encerrados con orejeras, pero no creo que de estos programas obtengan algo útil. Como mamá me dan lástima estas propuestas que al parecer no encuentran algo más innovador en sus programaciones.
Enlatados y programas de producción nacional degradantes desfilan en horarios tempraneros sin criterio, ni orientación. Qué poco favor hacen a la pobre educación, mientras en otros países se les enseña a los niños a respetar las leyes de tránsito y la forma correcta de cruzar las calles, a elegir buenos alimentos o hacer deporte, aquí le damos entrada a estos tristes shows de cuarta. Lo que es agua servida debe enviarse a los pozos ciegos, a las cloacas donde deberían ir estos decadentes personajes que no tienen nada nuevo que decir. Por la familia no debemos permitir estos desechos en forma de programas de TV.
Ximena Leal