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Hay que limpiar el palomar, alimentarlas y dejarlas volar libremente dos veces por día entre una y dos horas, explica el aficionado.
"Es importante estar presente para evitar que las palomas sean atacadas por aves rapaces", señala Maibaum.
Las aves de presa son un problema y por eso algunos criadores restringen el vuelo libre de estas palomas. En tanto, los protectores de animales critican que, para evitar pérdidas, los criadores mantienen durante semanas, incluso meses a las aves encerradas en el palomar. Esto no es adecuado para la especie, asegura Marius Tunte, de la Sociedad Protectora de Animales alemana.
Por su parte, Bodo Busch, de la Unión alemana de Veterinarios para la Protección de los Animales (TVT) no considera que el encierro sea un problema. Es una situación que hay que tener en cuenta y por eso es muy importante que las jaulas o lo palomares sean grandes y que los pájaros tengan suficiente espacio para moverse.
Para que las palomas logren superar grandes distancias, los colombófilos comienzan primero con vuelos cortos que van aumentando gradualmente.
"Al principio son unos 60 o 80 kilómetros", apunta Maibaum. Sobre todo, durante las competencias disfruta mucho el "cosquilleo" que le provoca su afición.
"Para el criador no existe momento más sublime que ver regresar a sus palomas de un vuelo distante", describe Lutz Ruth este "hobby fascinante".