Las cabras son mascotas divertidas

"Ven, Copito, haz hop", le dice su dueña. Y la cabra blanca toma carrerilla, se pone sobre las patas traseras y levanta las delanteras. Esta cabra del barrio berlinés de Prenzlauer Berg es toda una profesional haciéndolo.

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No todo el mundo sabe que las cabras son animales muy inteligentes, con capacidad de aprender y los cuales buscan la cercanía de las personas.

Se vuelven mansas rápidamente y buscan tener una persona de referencia. Por eso no es de extrañar que hoy en día no sean ya solo ganado, sino que haya personas que viven en casas fuera de la ciudad y las tienen como mascota.

"Muchas personas trabajan hoy ocho horas sentadas y ocuparse de las cabras les sirve de entretenimiento y desconexión", dice el criador Johann-Georg Wenzler, de la región alemana de Baden Württemberg.

Junto a algunos colegas ha escrito un libro sobre cría y mantenimiento de cabras. El ritmo de estos animales se acompasa con el de las personas.

Hay que darles dos veces al día de comer. Su alimentación debe contener heno, muy importante para los rumiantes. Cada cabra come en torno a tres kilos de heno al día.

Si están en el exterior, comen también hierba, que en invierno debe ser sustituida por ensilado o nabos. Los dueños deben controlarlas para reconocer rápidamente si adelgazan y cambiarles la comida.

También comen cereales como avena, cebada o maíz, pero estos no deben superar el kilo al día porque el exceso les provoca diarrea, dice Hedwig Eusterwiemann, que tiene casi cien cabras cerca de la ciudad de Munster.

Si los animales tienen suficiente espacio para correr, no hay problema con que vivan en las afueras de la ciudad. Un establo abierto es la mejor solución, pero también pueden estar en boxes. Los animales adultos precisan no obstante que estos sean de entre 3 y 3,5 metros cuadrados.

Lo ideal también es que tengan una pequeña superficie con hierba. Es importante que la valla sea de al menos 1,20 metros de alto porque las cabras saltan fácilmente. En la época de frío y lluvia necesitan tener una opción para resguardarse.

Pero con darles espacio no están todas las necesidades cubiertas. "No a todos los vecinos les gustará escuchar cómo piden comida o cómo se alegran cuando ven a alguien", dice Eusterwiemann.

Por lo general no habrá problemas de olores si no se tiene un macho cabrío. En ese caso es recomendable además hablar con los vecinos antes de que este se ponga bajo su ventana a balar.

Theo Mantel, presidente de la Cámara de Veterinarios Alemanes, tiene un macho y cuatro cabras y está convencido de que son animales de compañía ideales. "Construyen muy rápidamente nexos con las personas y por ello son recomendables para niños", explica. "Las cabras son mucho más que un cortacésped", dice.

Las uñas hay que cortárselas entre dos y tres veces al año con un cuchillo o tijera especial, ya que no las desgastan en el establo.

Las más fáciles de cuidar son las cabras blancas y de colores. Su pelaje es corto y no se ensucia rápidamente. "Se las puede cepillar en el establo o en el prado con un par de cepillos", explica Eusterwiemann.

Quien quiera tener cabras debe no obstante hablar primero con otras personas que las tengan o con asociaciones de cría de estos animales, aconseja Mantel.

Y quien acabe aburriéndose de simplemente tenerlas puede ir un paso más allá y aprender a ordeñarlas, ya sea para beber la leche, hacer mantequilla o queso o venderla. "Quien lo haga, tendrá que hacerlo dos veces al día y siete veces a la semana", Eusterwiemann. Y hay que tener en cuenta que los animales solo dejarán que se acerquen a hacerlo personas a las que conozcan.

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