"Perros escolares" tranquilizan a los alumnos

Los alumnos de cuarto grado de una escuela primaria en Alemania tienen un compañero de clase muy particular: Rudi, un perro mestizo especialmente entrenado.

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La maestra Kristin Gebner lleva al perro tres veces por semana a la escuela por algunas horas. Rudi tiene dos años y es una cruza de pastor alemán con Wolfspitz.

"Los niños le tienen mucha consideración y por ejemplo gritan menos. Este comportamiento se refleja también en el trato de los alumnos entre sí", sostiene la directora Sylvia Krause. Toda la escuela se beneficia con la presencia de Rudi. Los alumnos están más tranquilos y hay más silencio que en años anteriores, asegura Krause.

El perro calma también a aquellos que tienen que rendir alguna prueba y se ponen nerviosos. "Cuando un alumno se siente mal, Rudi lo nota enseguida y pone la cabeza sobre su regazo", cuenta la directora.

Antes de llevar al perro a la escuela, era necesario tener el consentimiento de los padres, entre otros, también por posibles casos de alergia.

Rudi también tiene la opción de retirarse a su propio cuarto si está cansado. "Silencio. Necesito descansar. No golpeen la puerta, no corran y no griten. Guau, Rudi", alerta un cartel.

Es la tercera escuela en el estado alemán de Sajonia que utiliza perros en clase. La directora dice que le gustaría poder extender este sistema a más cursos.

El Ministerio de Cultura de este estado federado no tiene datos de cuántos "perros escolares" hay. Cada escuela decide si aplica este concepto de acuerdo a las disposiciones vigentes.

"En Sajonia recién se comienzan a usar perros en las escuelas", señala la presidenta de la Red de Perros Escolares, Lydia Agsten. La maestra jubilada cree que esta idea seguirá progresando.

Agsten calcula que hay unos 2.000 perros en toda Alemania cumpliendo esta función. "Pedagogos de instituciones educativas de todo tipo, primaria, secundaria o aquellas de necesidades educativas especiales, llevan animales a clases", apunta Agsten.

Está demostrado científicamente que los perros crean una atmósfera distendida en clase, dice Agsten. El contacto con los animales, por ejemplo si se los acaricia, les quita presión a los niños. Además, los perros tienen buenas antenas para captar los estados de ánimo de las personas.

Pero el intercambio debe ser beneficioso para todas las partes: para los niños, para el maestro y también para el perro, que no debe sentir estrés cuando entra a una clase donde hay treinta alumnos.

No es el caso de Rudi y tampoco de los alumnos del cuarto C. "Los niños se alegran cuando es el día de Rudi", asegura Geßner, la maestra de 26 años, quien conoció a su mascota en un refugio de animales. El perro, de ahora dos años, había sido hallado junto a otros cachorros en el maletero de un auto.

Antes de empezar a ir a una clase, tanto el perro como el maestro reciben una instrucción especial. No todas las razas son adecuadas para cumplir esta tarea. Los más indicados son aquellos que se orientan más a las personas como los retriever, caniches, collies, doodles y las mezclas de perros de raza con caniche. En cambio, no son aptos los perros guardianes de ganado porque son animales más independientes.

Además de los perros escolares, en Alemania existen también los perros de lectura, cuenta Agsten. Si un niño tiene dificultades para leer, hacerlo en voz alta delante de un perro ayuda mucho. El animal no se impacienta como ocurre con las personas y así, el niño va ganando confianza, añade Geßner.

Rudi cumple ambas funciones: como perro de escuela y perro de lectura. "No se burla de nadie y escucha atentamente", sostiene su dueña.

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