Cien años de vida gracias a unos cinco minutos

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Quizás cinco minutos parezcan poco, pero para Víctor Armoa, excombatiente de la Guerra del Chaco, lo fueron todo. Por ese breve lapso de tiempo entre un lugar y otro pudo salvarse, casarse, tener seis hijos, 34 nietos, 30 bisnietos y hoy cumple 100 años.

Víctor Armoa, veterano de la Guerra del Chaco, cumple hoy 100 años y lo celebra en compañía de todos sus seres queridos: con sus cinco hijas aún vivas (su único hijo falleció hace un año) y una gran cantidad de nietos y bisnietos.

El hombre todavía no llegaba a la mayoría de edad cuando fue a pelear en la Guerra del Chaco, contra Bolivia. Siempre ha contado la historia de que una vez estando en la trinchera hizo su relevo, era momento de ceder su guardia a otro compañero y tan solo cinco minutos después de abandonar el puesto, su camarada falleció en el lugar, desde entonces ha mencionado con frecuencia que por cinco minutos de diferencia seguía vivo y empezó a valorar el tiempo.

La Guerra fue cruenta y le hizo pasar innumerables adversidades, sobre todo sed y mucha hambre, tanta que en ocasiones fue con sus camaradas a los campamentos bolivianos en busca de víveres porque a ellos ya no les quedaba nada. Fue difícil lidiar con la pérdida de sus compañeros.

La sed y escasez de alimentos los obligaron a él y a sus compañeros a luchar constantemente  no solo contra sus adversarios sino para sobrevivir. Recién cuando terminó la guerra empezó realmente su vida. Al regresar se dedicó a cultivar la yerba mate de sol a sol y se casó con Seferina Álvarez, con quien vivió más de 50 años, hasta que ella falleció por causa de la diabetes.

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Víctor es oriundo de Ypejhú (Canindeyú) y actualmente vive en Itarará. Tiene una fortaleza y vitalidad increíbles a pesar de su avanzada edad, según cuentan sus familiares. Relatan sus nietos que todas las mañanas se levanta temprano, prepara su mate y sin ayuda va a poner su hamaca en un espacio de su casa para pasar allí la mayor parte del día. Ya camina muy lento pero todavía se maneja solo para ir al baño o andar por la casa.

Durante años anteriores relataba a menudo sus anécdotas de la Guerra pero de a poco dejó de hacerlo porque tiene una cierta dificultad para escuchar aunque todavía habla perfectamente. También solía reunirse con otros tres ex camaradas de la zona, pero lamentablemente ahora es el único que queda.

A pesar de ser uno de los pocos excombatientes de la Guerra del Chaco que sigue vivo, comentan sus nietos que nunca recibió ningún reconocimiento de las autoridades nacionales.