Demolición de “un símbolo”

Los esqueletos de edificios que debieron convertirse en hogar para cientos de trabajadores fueron erguidos en la década del 90 y quedaron inconclusos y abandonados al poco tiempo de su construcción. La causa: la corrupción en las instituciones encargadas de su edificación.

Las tareas de demolición comenzaron en la parte frontal del predio, sobre la ruta Transchaco, frente a la Expo de Mariano Roque Alonso.

Posteriormente, la misma actividad alcanzará a la superficie de 17 hectáreas (de las 23) que fue adquirida en el 2015 por Senavitat por G. 35.000 millones. Este monto incluye unos G. 9.000 millones que corresponden a las edificaciones sin terminar, y que serán demolidas.

Al respecto, el director general de Gabinete de la institución, Ing. Amílcar Guillén, explicó que la demolición alcanzará, en su mayoría, a “arranques de pilares”. Añadió que la secretaría "saldrá ganando” con la destrucción de aquellas estructuras que quedaron prácticamente a la altura del cimiento, y que no serán demolidos aquellos edificios que ya están a la altura de techo.

El funcionario manifestó igualmente que la idea es que en más del 90% del complejo se desarrolle un proyecto con la participación del sector privado, que la secretaría no está en condiciones de realizar.

Mencionó que el emprendimiento consiste en que Senavitat compra la propiedad y genera los servicios para que el sector privado desarrolle un proyecto habitacional dirigido a un segmento de familias de ingresos medios y con ciertos requisitos.

Asegura que el incentivo que la institución quiere otorgar es la habilitación de un suelo urbano que hoy no existe en el Paraguay. Se destacan la buena ubicación y fácil acceso, además de que se trata de una zona comercial cercana al aeropuerto, con rutas rápidas, pues ya está hoy terminado el acceso de la zona norte y, en un futuro cercano, estaría llegando la Costanera Norte.