Agasajan al último excombatiente de Ypacaraí

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YPACARAÍ. Un grupo de vecinos de esta localidad realizó un homenaje al último excombatiente de la Guerra del Chaco, que reside en la zona.

Se trata de don Gil Medina, que el 14 de agosto pasado cumplió 103 años. El Tte. 2º Medina, con una gran lucidez, dijo que no le gusta el término héroe, pues ellos fueron gente sencilla que solo cumplieron con su deber en el momento de defender al país.

El acto se realizó el domingo último, en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, luego de culminar la celebración litúrgica y fue encabezada por los propios sacerdotes del lugar, quienes valoran mucho la historia del Paraguay.

El Pbro. Michel Chiappo manifestó que don Gil representa para sus conciudadano un ejemplo de vida, por empeñarse siempre en honrar la memoria de los caídos, además de gozar de la estima y el respeto de los pobladores de la ciudad.

Por su parte, don Gil que goza de una increíble lucidez, manifestó que nunca le ha gustado el término 'héroe', cuando se refieren a su persona. Siempre ha preferido el término más real 'excombatiente'". “Nosotros mayoritariamente éramos pobres, no héroes, sino personas sencillas que solo cumplieron con su deber”, manifestó con su hablar pausado.

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El veterano de la Guerra del Chaco prestó servicios como intendente en la Subdirección de Comunicaciones, durante dos años, en Camacho y Villa Militar, donde desempeñaba funciones administrativas, velando para que los soldados que estaban al frente sean asistidos en sus necesidades. Al término de la contienda, enfermó gravemente de neumonía, por lo que recién luego de dos meses pudo regresar a su ciudad natal.

Cuando regresó se casó con Juana Medina, con quien no tuvo hijos, por lo que adoptaron como suyos a los hermanos Ismael (77), Salvador (+), Crispín (72) e Isidora Santacruz (70).

El Tte. 2° Medina trabajó en la construcción de las rutas 1 y 2, y en la Petrolera Unión Oil Company, en el Chaco. También fue empleado en el aeropuerto y otras entidades privadas. Dijo que tenía mucha suerte en encontrar oficios administrativos por su excelente caligrafía.

Don Gil atribuye su longevidad al hecho de que nunca tomó bebidas alcohólicas ni fumó, además de haber sido un gran jugador de fútbol en su tiempo, cuando militaba en el Triunfo y en un club de la intermedia de Argentina. Explicó que su alimentación es normal con comidas tradicionales, como el vori vori y so’o apu’a, entre otros. Mantiene, además, una gran lucidez mental que según indica quizás se debe a su afición a la lectura, que practica hasta ahora.

Finalmente, el excombatiente, manifestó que lo más difícil de sobrellevar en la vejez es la soledad. Por lo que disfruta de la compañía de los niños que a veces lo visitan en su casa de Ypacaraí, para escuchar sus anécdotas sobre la guerra y la posguerra.