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Durante un allanamiento realizado este miércoles, la Policía encontró un teléfono celular en la celda del brasileño Carlos Henrique Silva Cándido Tavares (36) jefe del Primer Comando Capital (PCC) que se encontraba en prisión y que fungía presuntamente de “secretario” leal a Jarvis Chimenes Pavão ya desde Tacumbú, y fue trasladado a la Agrupación junto a su “jefe” el pasado 2 de agosto.
Este teléfono habría servido supuestamente para que Carlos Henrique coordinara el crimen en el que fueron muertos el guardiacárcel de Tacumbú Mario Lezcano Mereles (48) y de su hijo Mario Alberto Lezcano (26), el 24 de agosto pasado en el barrio San Isidro de Lambaré.
Además del celular, fueron halladas varias hojas con apuntes de diferentes números telefónicos, que coinciden con los números hallados en el cruce de llamadas realizado en el marco de la investigación por el doble homicidio.
El jefe de la Agrupación Especializada, comisario Enrique Isasi, dijo a ABC Color que las sospechas apuntas a complicidad de guardias desleales, que habrían introducido el teléfono, así como otros elementos de comunicación a los reclusos. Aseguró que poseen un sistema de seguridad muy estricto con las requisas a los visitantes, que no permite el ingreso de ninguna persona con teléfonos celulares.
Ahora, la decisión tomada por el jefe policial es realizar un sumario interno a los 700 hombres que integran la Agrupación Especializada, de manera a investigar y descubrir quiénes son los presuntos autores intelectuales y cómplices del doble asesinato.
De los 700 efectivos policiales, unos 400 trabajan específicamente como guardias.
Carlos Henrique Silva Cándido Tavares no era el único hombre leal a Pavão que estaba en la celda allanada. Además se encontraban Oziel Rizzo, brasileño, de 34 años, “soldado” de la célula del PCC, Thiago Gimenes, brasileño, de 33 años, otro de los integrantes de la facción del PCC, Sidimar Cordeiro Da Silva, brasileño, de 27 años, también integrante del grupo armado, Adán Urunaga Cohene, paraguayo, de 38 años, exmilitar, y Diego Daniel Ruiz Díaz Molinas, paraguayo, de 34 años, alias “Cabezón”.
Todos estos hombres montaron en apenas un mes (desde el traslado de Pavão a la Agrupación) toda una base de operaciones, que les permitió seguir delinquiendo desde la cárcel, como ya lo hacían estando en Tacumbú, siempre incondicionales a Pavão.