La máxima autoridad de la Iglesia católica acaba de presidir la misa con la cual se dio inició a la Cuaresma, el tiempo litúrgico de conversión y de preparación para la Pascua. La celebración comenzó exactamente a las 6:15 con poca gente, pero gradualmente los fieles siguieron llegando a la Catedral Metropolitana, a tal punto de que para el momento de la imposición de la ceniza, que fue al término de la misa, ya hubo más fieles en el principal templo capitalino.
En su homilía, Valenzuela dijo que solo en Asunción y alrededores existen 20.000 familias damnificadas que están sufriendo las consecuencias de la crecida del río. Para ellos pidió mucho cariño y comprensión; sugirió incluso que -por el Año de la Misericordia- en las parroquias se organicen visitas a los compatriotas y que una familia apadrine a otra para llevarle esperanza a sus miembros y sobre todo afecto, que tanto necesitan. También se pronunció a favor de la defensa del medio ambiente, exigiendo a las autoridades que frenen la terrible deforestación. Finalmente, pidió a los fieles que se involucren en la campaña de lucha contra el dengue.
En la antigüedad, en Roma, los penitentes comenzaban su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados con cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta la reconciliación con la Iglesia el Jueves Santo. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizado colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
Hoy, en la Iglesia, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Cf. Mc 1,15) y “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver” (Cf. Gén 3,19): El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. Hoy, los católicos están llamados a no consumir alimentos hasta el atardecer y donar el costo a obras de misericordia. Los que quieran consumir alimentos también pueden hacerlo, pero también están llamado a practicar obras de caridad.
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