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“Es un problema estacional. A Encarnación vienen miles de asegurados de todo el país, motivo por el que consultorios, urgencias e internación están abarrotados”, dijo la jefa médica del nosocomio, Lourdes Trussy. Se suman los docentes, que realizan consultas en esta época del año, aseguró.
Las puertas de acceso y los portones del hospital regional se abren entre las 06:00 y las 06:30, pero desde la 01:00 de la madrugada, ya hay gente esperando frente al local. Las quejas son múltiples y en la mayoría de las secciones. “No hay reactivos para el laboratorio desde hace seis meses”, se escuchó decir a una madre en Pediatría. Tampoco se realizan mamografías, por averias en el sistema digitalizador.
Los pacientes continúan comprando medicamentos como los antihipertensivos, algunos específicos. Además, abonan en laboratorios privados análisis de sangre, a un costo de G. 170.000 o el de patología, que cuesta G. 250.000.
“Para colmo de males, yo, que estoy aquí hace ocho días, me di cuenta que las farmacias de enfrente venden más caros los medicamentos, se aprovechan de nosotros por la desesperación y el apuro”, comentó un padre que tiene a su hijo internado en terapia intensiva, quien duerme en los pasillos del hospital.
“Se tercerizó el servicio y Biotec del Paraguay SRL que hacía los análisis de laboratorio está retirando sus máquinas porque hay una nueva licitación”, explicó el director, Raúl Cabrera.
La queja permanente es que deben madrugar y esperar horas fuera de la institución para obtener turnos para consultas médicas. Algunas personas de avanzada edad esperan de pie, porque ni siquiera existe algún banco donde sentarse.