El senador Paraguayo Cubas se hizo presente en el Congreso para ejercer su defensa ante el pedido de sus colegas de sancionarlo por una serie de "agresiones" y exabruptos, el último de ellos ayer en una sesión de comisión donde repartió golpes, agua y vasos a senadores, funcionarios de la Cámara y policías.
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El legislador dijo estar tranquilo y menoscabó las amenazas del comisario principal Aurelio Marín, que amenazó con denunciarlo por las "agresiones" ayer en el Congreso. "No hay ninguna figura en el Código Penal que castigue el arrojarle agua a alguien", afirmó el senador.
Se le consultó sobre las acusaciones de que presentaría cierto grado de locura, lo cual no refutó del todo. "Totalmente (cuerdo) no, nadie puede estar totalmente normal en un Estado donde las necesidades básicas están totalmente insatisfechas", refirió.
También justificó su accionar violento de ayer contra Marín, por sus antecedentes, entre ellos de permitir la agresión a su esposa, la abogada Yolanda Paredes, por parte de hurreros del clan Zacarías en Ciudad del Este.
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"El cuestionamiento a Aurelio Marín es uno que le encajó a mi mujer un balín de acero gracias a él. Entonces, yo estoy vengando el honor no solo de mi mujer, sino también de Valentina, de Majo, de María, de Lourdes, de varias mujeres que fueron garroteadas gracias a la inoperancia de Marín. Esta es una venganza de las mujeres de Alto Paraná contra el enano de Marín", proclamó.
"Yo y muchísima gente que salió golpeada y con moretones esa noche (...) Fue casi una masacre civil, lo único que faltaba que saquen arma y nos disparen y este tipo Marín consintió toda la situación", recordó por su parte Paredes en comunicación con ABC Cardinal.
La esposa del legislador, apoderada del movimiento liderado por Payo y una histórica dirigente social, remarcó que la reacción de su esposo no es solo porque Marín permitió la agresión contra ella y su grupo, sino porque claramente aprecian que estos hombres que responden al clan Zacarías están siendo premiados por el gobierno de Mario Abdo Benítez.
"Piensan que es un tonto que va a sentarse a consentir semejante barbaridad lo que hacen ahí. No. Ciudad del Este está en pie de guerra, en Ciudad del Este la guerra continúa, el clan Zacarías sigue vivito y coleando", afirmó su esposa.
La apoderada de Cruzada Nacional insistió en justificar el accionar de su marido, alegando el hastío ciudadano y la vigente impunidad del clan Zacarías.
"Vos escuchás a la gente, su impotencia, ¿vos sabés lo que es lidiar esas cosas todos los días? Estamos lidiando con un gigante, nosotros somos pequeñitos, somos pueblo y ellos son un montón de gente corrupta que se aliaron entre sí, porque Javier Zacarías Irún está sentado todo el rato con la gente de Añeteté en Asunción en el Partido Colorado, ellos son los que dirigen el país. Es un ladrón él y su señora", reclamó.
Los de Añeteté y los zacariístas "están en una sola voz y ¿qué lo que pasa? Negocian impunidad, y eso en Ciudad del Este es inconcebible, y nosotros lo que vemos acá y olemos tanta corrupción y miserabilidad de tanta gente no podemos quedarnos callados y Payo sabe perfectamente lo que está pasando acá, y el pobre recibe todas las denuncias y cosas de acá de Ciudad del Este y obviamente no va a quedarse callado en el Senado", dijo Paredes.
