Brigadas sanitarias recorrieron este viernes el barrio Roberto L. Petit de Asunción, próximo al río Paraguay y afectado por las inundaciones, donde hallaron una gran cantidad de criaderos del mosquito en 55 de las 136 viviendas visitadas.
Además, detectaron dos casos positivos de dengue en dos personas que presentaban cuadros febriles, las cuales fueron aisladas mientras que las viviendas aledañas permanecen en observación.
Según los datos del último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud, Paraguay registraba hasta la última semana de noviembre, días antes de que comenzaran las inundaciones, un total de 15.350 casos de dengue y 4.288 personas afectadas por el chikunguña, además de tres casos de personas que dieron positivo para ambos virus.
Las autoridades consideran que las inundaciones pueden provocar un mayor riesgo de propagación de estas enfermedades, debido a que las zonas donde se acumula el agua estancada pueden convertirse en criaderos de mosquitos.
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Además de estos virus, las afecciones dermatológicas y las enfermedades respiratorias y gastrointestinales son algunas de las complicaciones de salud más frecuentes entre los damnificados por las inundaciones, que han dejado más de 100.000 personas desplazadas solo en Asunción.
A estas afecciones se añade “una cantidad importante de adultos mayores” que padecen enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial, y que han sufrido “descompensaciones” a raíz de verse damnificados por las crecidas del río, según el Ministerio.
Los sanitarios atienden estos problemas de salud en las Unidades de Salud Familiar, los centros médicos instalados en los barrios de la capital, aunque la crecida ha alcanzado a algunas de estas instalaciones y los médicos se han visto obligados a trasladar los consultorios a zonas más elevadas.
La viceministra de Salud, María Teresa Barán, explicó que los profesionales han instalado un sistema de vigilancia que comprende, por una parte, la detección in situ de los problemas médicos de los afectados y, por otro, la identificación de las personas que acuden a los consultorios para realizar un seguimiento de los casos.
Fuera de Asunción, los sanitarios atendieron a cerca de 70 personas, la mitad de ellas niños, en la comunidad Qemkuket, próxima a la capital, habitada por indígenas del pueblo maká y también dañada por las inundaciones.
Los pacientes accedieron además a consulta odontológica y nutricional, y se les proveyó de medicamentos bajo prescripción médica, así como de alimentos no perecederos y ropa.
Los pueblos indígenas, que representan alrededor de un 2% de la población paraguaya, son considerados como grupos vulnerables debido a que padecen la falta de acceso a tierras y servicios básicos como salud, educación o agua potable, y un 75% de ellos se encuentra en situación de pobreza extrema, según fuentes oficiales.
