Recién cinco días después de nuestra primera denuncia de espionaje a una marcha estudiantil (también a otras políticas e inclusive actividades religiosas), el presidente de la República y comandante en Jefe de las Fuerzas Militares, Horacio Cartes, publicó un comunicado diciendo que no ha emitido orden alguna para trabajos de inteligencia.
El comunicado se cuida muy bien de referirse a los documentos que fueron hechos públicos por este diario y donde se nota que el mismísimo titular de las Fuerzas Militares, el Gral. Luis Gonzaga Garcete, estaba al tanto, autorizó y hasta dio viáticos para los operativos. En otro de sus puntos, el comunicado agrega que se ha dispuesto la intervención de la Justicia Militar para investigar los hechos y deslindar responsabilidades.
El 8 de setiembre pasado, este diario publicó documentos que prueban que más de una docena de militares se infiltraron en la marcha estudiantil de setiembre del 2015 para vigilarlos. En días siguientes publicamos documentos que probaban que marchas del Partido Paraguay Pyahurã (PPP) también fueron “monitoreadas”, así como elecciones cívicas y hasta actividades religiosas.
Los escandalosos episodios son duramente cuestionados por sectores cívicos y políticos, considerando que en ninguna de las atribuciones constitucionales de los militares figura hacer vigilancia de actividades estudiantiles, cívicas o religiosas. Tozudamente y pese a los reiterados escándalos comprobados de corrupción y hasta de espionaje, el mandatario sostiene a su número uno en las Fuerzas Militares. El presidente Cartes parece decidido a sostener a su cúpula militar a toda costa, inclusive de la legalidad.
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