Chipá con butifarra es la tradicional combinación alimenticia para todo aquel que llegue a la Basílica de Caacupé, no sólo en días festivos, sino todo el año. Sin embargo, en esta ocasión la venta de la chipa, en particular, ha caído considerablemente, teniendo en cuenta el testimonio de varias chiperas consultadas por ABC Color.
Fueron consultadas 16 trabajadoras, ubicadas en las principales calles de los alrededores de la explanada central,como Dr. Eligio Ayala, Juan E. O’leary y la propia Ruta internacional Nº II.
De las 16 sondeadas, 13 aseguraron que la venta se ha resentido, dos de las cuales dijeron que se encuentran hace varios días y que ninguna chipa pudieron vender. Esto pese a que la cantidad de personas es básicamente la misma de años anteriores, “incluso este año el fin de semana ya vinieron muchas personas y hoy también. Este año hay mucha gente, pero pocas ventas”, consideró Margarita Noguera.
Al ser consultadas sobre los posibles motivos de esta situación, Idalia Sánchez, oriunda de la compañía Azcurra de esta ciudad, dijo que lo que pudieron notar es que las personas traen sus propios alimentos debido a que los que se ofertan en la capital espiritual tienen un precio relativamente elevado. “Aunque nuestra chipa no es cara, eso de que la gente traiga su comida, también nos afecta a nosotras”, opinó.
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La mayoría de los puestos ofrecen la chipa a un precio menor de G. 2.000, luego a G. 5.000 y G. 10.000, dependiendo del tamaño. Sólo un puesto denominado “San Francisco”, ubicado sobre la Ruta II ofrece chipas a G. 1000 y aseguran que las ventas son muy buenas. La encargada del puesto en ese momento, dijo que este fenómeno se debería justamente al precio y a que las chipas son cocinadas en el lugar y son vendidas apenas salen del horno. “Así como van saliendo, se van terminando”, alegó.
