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Lentamente,los cultivos comenzaron a dar los primeros frutos en las 25 hectáreas plantadas. Unas 350 familias iniciaron el trabajo en marzo, pero las constantes lluvias dificultan el proceso de cosecha.
Además, se suma la falta de tierras con el fin de duplicar el cultivo como en años anteriores. "Este año definitivamente la producción será menor que antes, debido a la falta de lugar donde cultivar. En el 2016 teníamos 50 hectáreas, hoy sólo la mitad. Los terrenos fueron vendidos y los frutilleros se ingeniaron en sus propios terrenos", explicó la titular de la Coordinadora de Frutilleros, Rosana Galeano.
Doña Ángela Estigarribia, miembro del "Comité Kokué Guasu" de Areguá, aseguró que las constantes lluvias perjudican el cultivo generando grandes pérdidas. "Mientras más sea la producción, menor será el costo de venta; necesitamos que deje de llover y se venga el viento sur para cosechar a tiempo", expresó.
A pesar de los entretiempos, las guapas familias productoras de esta rica fruta esperan ansiosas la tradicional Expo Frutilla, cuyo inicio está previsto para la segunda quincena de julio.