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La marcha se inició en la avenida Agustín Fernando De Pinedo. Los ciudadanos pasaron frente a la casa del concejal Asunción Carballo, también de la edil liberal Estrella Quevedo y finalmente llegaron a la vivienda de la presidenta de la Junta Municipal, Sisinia Silva (PLRA). Allí explotaron bombas de estruendo, lanzaron huevos y papel higiénico contra la casa.
Posteriormente, pasaron frente a la casa del cuñado del concejal liberal Miguel Domínguez, que aparentemente estaba en el sitio. Finalmente, hicieron una breve parada frente a la vivienda de los padres del jefe comunal y nuevamente se agruparon en la plaza.
Con la movilización de este martes se llegó a los 30 días de escraches. Los indignados piden la dimisión del intendente liberal. Por su parte, Urbieta Cáceres ha asegurado que no renunciará.