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En medio de júbilo y lágrimas, los familiares apostados frente a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú recibieron a los labriegos que recuperaron su libertad un día después de haberse anulada la sentencia que los condenó como los que habían desencadenado el tiroteo entre policías y campesinos.
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Sin embargo, Rubén Villalba, quien recibió la condena más elevada -30 años de pena más cinco de medidas de seguridad- continuará en prisión, ya que pesa sobre él otra condena por invasión de inmueble.
La Sala Penal de la Corte integrada por Emiliano Rolón Fernández, Arnaldo Martínez Prieto y Cristóbal Sánchez resolvió anular ayer las condenas dictadas por la masacre de Curuguaty.
El argumento principal para la anulación de la condena giró en torno a la investigación de la Fiscalía, que fue considerada insuficiente para convencer de la participación criminal de los condenados en un hecho de lesa gravedad.