Ypacaraí: aún no hay “riesgo considerable”

Tras la reaparición de cianobacterias en el lago Ypacaraí, las autoridades se constituyeron para tomar muestras en los sitios con mayor presencia de aguas verdes. Los niveles no son peligrosos pero aún así se insta a la ciudadanía a evitar el ingreso.

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El Ing. Fernando Brítez, director de Hidrología e Hidrogeología de la Secretaría del Ambiente (Seam), dijo a ABC Cardinal que la reaparición de estas bacterias es un comportamiento típico en temporadas con altas temperaturas. Rememoró que el ‘boom’ fue en el 2012 y desde el año 2014 empezó a reducirse hasta que el lago cobró una apariencia más cristalina.

Sin embargo, este domingo el agua se tornó verdosa nuevamente luego de mucho tiempo. El especialista afirmó que se trata de una floración típica de esta época, por la escasez de lluvias, lo que hace más lento el recambio de las aguas; a esto se suman las temperaturas elevadas, superiores a los 38 grados, que convierten al clima en un “caldo propicio para que las bacterias se reproduzcan”.

Explicó que estas bacterias se nutren de las cloacas que se vierten al lago sin tratamiento para reproducirse, y también contribuye en el proceso la falta de viento.

Detalló que una comitiva de especialistas de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) y la Seam se constituyeron en las ciudades con costa sobre el lago, pero solo encontraron bacterias en dos playas de San Bernardino. Según los resultados, en playa Rotonda -la más afectada- se detectaron 18 mil células de cianobacterias por mililitro de agua, lo que aún se encuentra por debajo del nivel de riesgo considerable, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cuando el agua está verde - explica - y la gente entra a bañarse, pueden experimentar comezón y ronchas en la piel. En caso de ingestión del agua contaminada, puede derivar en problemas hepáticos, porque afecta el hígado, y también estomacales. “Es un riesgo para la salud”, apuntó.

Afirmó que el plan de recuperación del lago se hizo en el 2013 y para ello se requiere una fuerte inversión en infraestructura, porque de las 17 ciudades dentro de la cuenca, solo San Lorenzo y parte aproximadamente el 50% de San Bernardino cuentan con alcantarillado y tratamiento de aguas negras. “Hablamos de una alta población sin sistema de alcantarillado. “El lago viene de décadas de contaminación, recuperarlo es un proceso largo y requiere de mucha inversión”, señaló.

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