“Corte sin ministros sumisos”

Con la renuncia de Alicia Pucheta y el próximo fenecimiento de mandato por la edad límite de los ministros Miguel Óscar Bajac, Sindulfo Blanco (2018) y Raúl Torres Kirmser (2019) y Myriam Peña (2020), “estamos hablando de prácticamente cinco ministros de la Corte dentro de un solo periodo presidencial, lo cual es muy importante. Es un número demasiado relevante en cuanto a la renovación que se va a dar en la máxima instancia judicial”, destacó Galeano.

No obstante, el líder del gremio de abogados considera que ninguna renovación se podría dar si no se cumplen tres requisito: elegir a personas valientes y que tengan la suficiente determinación para ser independientes, que los cambios no se hagan de manera individual y de ser posible que los nuevos ministros no sean de la estructura actual del Poder Judicial.

“Una instancia tan sensible como la de la Corte Suprema de Justicia requiere de personas valientes. Podemos tener los méritos académicos, la trayectoria profesional que muchos de ellos –por no decir todos los tienen–, pero tener la valentía, el coraje de tomar decisiones relevantes en momentos históricos de trascendencia y en casos paradigmáticos, requieren de valentía”, afirmó.

Consideró que ese perfil no se podría lograr si la persona viene del propio Poder Judicial. “Veo difícil que esa renovación de imagen del Poder Judicial que tanto requerimos se dé con integrantes del propio Poder Judicial. Creo que dentro del perfil que se debe de diseñar para los ministros de Corte se debe de adquirir relevancia el ser una persona ajena al Poder Judicial”, estimó.

Fundamentó esto con un hecho reciente, la “indolencia” de ministros de Corte a la huelga judicial planteada por funcionarios de la Corte. “No les interesa mucho a los ministros de la Corte que se castigue o no las huelgas judiciales que muchas veces están instigadas por ellos mismos. ¿Por qué? Porque no sienten en su piel, en sus zapatos, la necesidad de administración de justicia”, ya que “el ministro, el magistrado y el funcionario van a cobrar su salario a fin de mes”; sin embargo, el ciudadano debe de estar esperando.

Además, “un funcionario que tiene toda la carrera hecha, que tiene 25 años, que tiene 30 años, pero nunca hizo otra cosa más que el de formar parte de la estructura, llega un momento dado en que justamente ese fallo que vaya a emitir puede costarle la carrera, y piensa demasiado en su jubilación, en qué va a hacer después, en qué no va a hacer, y termina acomodándose a la comodidad de un fallo que responda a las expectativas o de las instancias del poder o aplacar a la opinión ciudadana”, agregó como otro motivo para buscar fuera de la Corte.

Si bien la mayoría de los cambios dependen del cumplimiento de la edad límite de los ministros actuales, estiman que al menos el nombramiento de los reemplazantes debe de buscar hacerse de manera conjunta. “Si los vamos poniendo de a uno, entonces las estructuras los absorben; la costumbre de hacer siempre lo mismo los van absorbiendo”, consideró.

Sobre la renuncia de Pucheta, consideró que el único argumento que encuentra para dejar la posibilidad de seguir siete años más en el Poder Judicial es un afán de ser una de las pocas en la historia en ocupar la presidencia de dos Poderes del Estado (el Judicial y el Ejecutivo).