Cumplirá condena por accidente fatal, 7 años después

La Policía logró la aprehensión de una persona condenada por un accidente de tránsito que causó la muerte de una mujer en 2006. Su orden de captura, emitida en 2011, fue borrada de forma misteriosa, lo que permitió que se graduara de la UNA.

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Se trata de Blas Damián Giménez (30), quien cayó ayer en el barrio Cerrito, kilómetro 16 de la Ruta II “Mcal. José F. Estigarribia”, ciudad de Capiatá. Este hombre había sido condenado a cuatro años de cárcel al ser encontrado culpable de homicidio culposo, en el año 2009.

El accidente que protagonizó ocurrió la mañana del 12 de octubre de 2006 y resultó víctima Rosarina González. El joven conducía su automóvil a gran velocidad sobre la avenida Boggiani y atropelló a la víctima pocos metros antes de Mayor Vera.

Testigos aseguraron que conducía con el celular en la mano. El Tribunal había concluido durante el juicio que no había obstáculo alguno que le impidiera ver a la persona que atropelló.

“Iba al Colegio Técnico San Martín y le atropelló a mi mamá sobre Boggiani. Él nunca aceptó lo que hizo. Dijeron de todo sobre mi mamá, hasta que se había tirado frente al auto”, nos cuenta su hija Juana Maciel.

El condenado había conseguido su registro solo dos meses antes del accidente. Nunca intentó conciliar con familiares de la víctima ni reparar el daño. La defensa argumentó que la mujer en realidad falleció por problemas de salud como diabetes, isquemia cardiovascular y otros, pero los médicos que la trataron concluyeron que las lesiones del accidente fueron la causa de muerte. “Decían que ya iba a morir, que era diabética. Jugaron con la memoria de mi mamá”, recuerda.

La condena fue apelada y recién en 2011 la Corte la confirmó, remitiendo una orden de captura a la Policía para que el culpable sea detenido, explicó la abogada de los familiares de la víctima, Ana Brun.

Una vez que la condena quedó firme, la orden de captura fue remitida al Departamento Informático de la Policía Nacional, para que sea buscado en todo el territorio nacional.

Pasaron los años y nada se sabía del condenado, hasta que la familia se enteró este año de que Blas Giménez había logrado culminar sus estudios en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y graduarse de ingeniero en electrónica.

Esto hizo que se iniciara una investigación privada de la familia, que reveló que la orden de captura había sido borrada misteriosamente del sistema informático de la Policía poco tiempo después de haber sido ingresada, lo que le permitió al condenado realizar cualquier trámite, como ingresar a una universidad o renovar su licencia de conducir sin impedimento alguno.

La abogada Brun dijo que, debido a que la orden fue borrada, oficialmente Giménez no estuvo prófugo, sino en rebeldía.

Hoy, Blas Giménez fue remitido al Departamento Judicial de la Policía, antesala de la Penitenciaría de Tacumbú, donde cumplirá la condena de la que escapó hace siete años.

Juana Maciel destacó la actuación del Crio. Gral. Milciades Ocampos, de la Isepol, quien formó un equipo y logró detener a Giménez en un mes y medio.

“Somos cristianos y perdonamos. Blasfemaron sobre mi mamá, dijeron de todo”, pero el hombre debe cumplir con la condena que le fue impuesta, dijo la señora Maciel.

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