Cupido y la inundación del '83

PILAR. Hace 33 años, Pilar estaba sumida en drama y desesperación luego de la ruptura de los muros. Aquel escenario tan triste vio, sin embargo, nacer una historia que superó muchos obstáculos y perduró en el tiempo.

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Pilar vivió una de sus historias más difíciles en mayo de 1983, cuando se rompían los muros que protegían a la ciudad del avance de las aguas. En medio del drama y la desesperación de las familias que buscaban lugares altos o trasladarse en algunos de los barcos que fueron al rescate de las víctimas de aquel desastre, nacía una increíble historia de amor que ya cumple 33 años.

La familia de la joven Jacinta Benítez era una de miles que ya tenían sus viviendas en el agua y esperaban el rescate de algún navío que los llevara a la capital. Bent Jakobsen, novato navegante del Britannia, buque carguero danés cuyo capitán escuchó en Corrientes el llamado de auxilio de los locutores de Radio Carlos Antonio López de Pilar, acudiría al rescate.

Ya navegando hacia la capital, Bent fue cautivado por la belleza de la pilarense y en su deseo de iniciar un diálogo con la dama que no hablaba su idioma solicitó ayuda a un traductor para declarar su “amor a primera vista”. Aunque Jacinta también se sintió atraída por el danés, tras separarse en Asunción no le dio mucha importancia a la “declaración” y la promesa de retorno y casamiento de aquel joven proveniente de tan lejanas tierras.

Como el buque permanecería unos días en el Puerto capitalino, a pesar de no conocer Asunción y no conocer el español, Bent decidió aventurarse en la búsqueda de su gran amor. Eran tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner y el rubio enamorado no pudo dar explicaciones a unos policías que estaban de recorrida.

Fue encerrado varios días en un calabozo frío y maloliente; pagó su osadía conviviendo con ratas y cucarachas, ante la mirada poco amistosa de sus guardianes. Cuando estaba a punto de ser trasladado al Departamento de Investigaciones, se produjo el milagro: observó sobre la mesa del oficial de guardia un periódico con la imagen del “Britannia” anclado en el puerto de Asunción.

Con señas pudo lograr que el guardia lea el artículo en el que se indicaba que uno de los tripulantes del buque estaba desaparecido y Bent fue inmediatamente liberado tras prometer que olvidaría el incidente. Ya en el barco y superado el susto, intentó una vez más dar con Jacinta, lo que logró con la ayuda de un “guía” que conocía la ciudad y hablaba varios idiomas. Posteriormente, y tras el regreso a Europa para culminar sus estudios, la comunicación con la pilarense se estableció a través de cartas. 

El esperado regreso se produjo en setiembre del '85, meses antes de lo previsto, cuando aún Pilar mostraba las heridas de la gran lucha contra la naturaleza. Con la ayuda de un taxista y luego de hurgar en todos los barrios, logró dar con ella quedándose por espacio de dos meses. Para superar la diferencia de idiomas, adquirieron un par de diccionarios y en poco tiempo Bent se hizo entender en su incipiente español.

Al acercarse la fecha del regreso, el danés pretendió llevarla a Dinamarca para el casamiento, a lo que se negó rotundamente la madre de Jacinta. Apenado por la negativa, el danés tuvo que viajar sin su amada. Insistente y con la firme idea de formar pareja, anunció su retorno para mayo del '86. El regreso se produjo y esta vez la suegra dio el sí, concretándose el matrimonio en el tercer aniversario de la inundación y de aquel encuentro en el “Brittania” que marcó sus vidas.

Años más tarde, Bent Erling Jakobsen llegó a ser capitán de buques de la empresa Maersk y Jacinta le acompañaba frecuentemente en sus viajes. "El matrimonio que este año cumplirá 30 años tiene dos hijas y dos nietas. Bent es un funcionario de alto nivel del Puerto Caacupemí- Pilar y además es ganadero y comerciante. Y lo más importante: el amor que nació en circunstancias tan especiales hace 33 años sigue firme y cada vez más fortalecido, mostrando que “el amor a primera vista” existe y también puede ser eterno.

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