En comunicación telefónica con ABC Color, el exparlamentario confirmó que en horas de la mañana de este lunes funcionarios del área de recursos humanos se comunicaron con él para notificarle que a partir de este lunes quedaba fuera de la EBY, donde se estaba desempeñando como jefe de auditoría interna de la sede de Ayolas, y que la notificación todavía no recibió formalmente porque se encuentra acompañando a su hijo de seis años en la capital, donde se sometió recientemente a una cirugía.
Aseguró que la situación que se le presenta en este momento sería como una medida de represalia, ya que él se encuentra trabajando en la candidatura de Mario Abdo Benítez –quien busca la presidencia de la República por la disidencia colorada– y por no estar de acuerdo con la postulación de Santiago Peña, quien es de origen liberal.
“Todo el mundo sabe que yo soy un dirigente de pura cepa, con una trayectoria partidaria intachable, y como dirigente colorado no podía acompañar una candidatura que no sea netamente de un colorado y, como bien sabemos, la candidatura de Santiago Peña es una candidatura impuesta, y es alguien que hace apenas diez meses fue afiliado al Partido Colorado”, expresó Espínola, quien también dijo que no sabe si la orden viene del presidente de la República, Horacio Cartes, o solamente de sus lacayos que buscan quedar bien ante este.
Del mismo modo agregó que este tipo de persecuciones, que viene del oficialismo, es un camino errado porque no se puede buscar el ejercicio del poder a través de las persecuciones. “No se puede buscar imponer un liderazgo nato que no se tiene, que lo único que se gana es dañar terriblemente al Partido Colorado al hacerse persecuciones entre correligionarios en lugar de buscar la paz partidaria y respetar los principios y la doctrina del Partido Colorado, que dice claramente que es una nucleación de hombres libres, y como tal se tiene el derecho al candidato de su preferencia”.
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Entró con toda la parentela
El exdiputado había sido contratado en la EBY durante la actual administración de Horacio Cartes, en enero de 2014. Ingresó con un salario de G. 24 millones.
Pero no solo él logró sacar provecho de la EBY, sino también varios familiares suyos y numerosos operadores políticos.