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Petrona Linares, de 75 años, quedó ayer sin hogar luego de que un juez de paz ordenara que no se acerque a la casa en donde vivía, a raíz de un pedido de su hermano y su sobrina, quienes alegaron maltrato psicológico por parte de la mujer. Agentes de la Comisaría 14ª de Piribebuy la albergaron hasta que dicho mandato fue revocado.
“Nosotros no queríamos dejarla en la calle. Es inhumano. Los familiares no la aceptaban y por eso la llevamos a la comisaría”, relató el jefe de la dependencia policial, Robinson Moudelle. La anciana tiene problemas mentales y era costumbre suya ir a la terminal todas las mañanas, incluso después de ingresar a la jefatura.
“Nosotros le preparábamos su mate, tomaba y partía de vuelta rumbo a la terminal”, contó el comisario en contacto con ABC Cardinal. Luego de que la orden de restricción fuera levantada por el juez, gracias al diagnóstico médico presentado por la comisaría, su familia siguió cerrando las puertas a doña Petrona.
Cuando fue consultado por el paradero de la mujer en estos momentos, Moudelle precisó que es desconocido. “Anoche, personal de la comisaría fue hasta la casa para ver si se había instalado de vuelta en la calle, pero no estaba. No sabemos si la familia la dejó entrar o si un vecino le dio albergue”, manifestó. En otro momento, el comisario comentó que tanto el hermano como la sobrina de la anciana argumentaban que si la mujer seguía en la casa, ellos sería echados, puesto que solo se encargan de cuidar la vivienda que pertenece a unos extranjeros.
Finalmente dijo que no habrá problema en que la comisaría siga albergando a la mujer; sin embargo, no tendrán medios para proveerle los medicamentos que serían necesarios debido a su edad y condición. “Llevarla a un instituto que la albergue implica responsabilidad de una familia y, hasta el momento, ni siquiera sabemos bien quiénes son sus familiares. Ella no tiene documentos y otros que supuestamente son también parientes suyos niegan la relación y no la aceptan”, lamentó el comisario Moudelle.