Con anterioridad, la Cámara de Senadores rechazó el veto del presidente Horacio Cartes y ratificó la intención de expropiar tierras en Guahory.
La determinación adoptada por los diputados tiene como resultado enviar al archivo de la cámara el proyecto y por espacio de 12 meses no puede ser analizado nuevamente.
Los diputados del Frente Guazú intentaron dejar sin quorum a la cámara pero los representantes “llanistas” optaron por no abandonar la sala de sesiones y el tema pudo ser objeto de discusión.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Como reflejo de posiciones contrapuestas, mencionamos la exposición de la diputada Olga Ferreira: “el Indert entregó títulos y las tierras cuentan con documentación que acredita propiedad. Los invasores ya fueron reubicados y no podemos hacer discriminación contra colonos que son paraguayos”.
Por su parte, el diputado Freddy Tadeo D'Ecclesiis pidió rechazar el veto del Poder Ejecutivo “por ser obligación del Estado proteger los derechos de los paraguayos y regularizar la situación del asentamiento a fin de solucionar problemas de varias familias”.
La exposición de la diputada Olga Ferreira es absolutamente veraz: el Indert entregó los títulos de propiedad. El 95 por ciento de los colonos son ciudadanos paraguayos naturales y el porcentaje restante son personas que cuentan con permisos legales para trabajar en nuestro país.
Los invasores fueron reubicados. El Indert compró 1.500 hectáreas de tierras en Yhu, departamento de Caaguazú para ser reubicados. En Guahory no faltan tierras para los campesinos. En total disponen de 2.500 hectáreas.
Lo que dijo el diputado Freddy Tadeo D'Ecclesiis es completamente falso: la expropiación de tierras en Guahory hubiera significado atropellar los derechos de 150 ciudadanos paraguayos, pequeños productores, que pagaron por su tierra al Indert. El Estado tiene la obligación de garantizar los inmuebles que compraron.
D'Ecclesiis, colorado disidente, hizo gala de oportunismo político y dejó de lado su condición de parlamentario de la nación para pedir el rechazo al veto del Poder Ejecutivo en base a una coyuntura circunstancial de las internas de su partido.
Hizo exactamente lo mismo que el Partido Liberal Radical y el Frente Guasu: ambos partidos promovieron un proyecto de expropiación con fines exclusivamente proselitistas. Buscando votos llevaron el miedo, la incertidumbre y la violencia hasta la pequeña comunidad de Guahory.
En Guahory, 150 pequeños propietarios paraguayos tienen invadidos sus inmuebles. Los invasores son sus mismos vecinos, también poseedores de tierras entregadas por el Indert pero que buscan quedarse con tierra ajena para cultivar granos sin pagar por los lotes.
Es más, cuando la Cámara de Senadores ratificó el proyecto de expropiación los invasores comenzaron a visitar a los propietarios para ofrecerles sus propias tierras en alquiler.
Guahory es un ejemplo de irresponsabilidad política: buscando votos para las próximas elecciones, un grupo de políticos del Partido Liberal Radical y el Frente Guazú estableció una alianza con una dirigencia que más tiene de delincuentes que de campesinos.
Extrañamente, la Federación Nacional Campesina se plegó a la reivindicación por Guahory y también reclama una expropiación que no tiene ningún fundamento social. No se puede utilizar el argumento de que faltan tierras cuando existen 2500 hectáreas a disposición de los campesinos.
La decisión de la Cámara de Diputados puede ser el inicio de justicia para 150 paraguayos, propietarios de pequeños lotes, que pagaron por sus tierras.
También debería ser una lección para el Partido Liberal Radical y la Federación Nacional Campesina: por motivos políticos no se puede justificar el atropello a propiedades legítimas, donde se trabaja para sobrevivir.
En cuanto al Frente Guazú, ya no tiene cura.
