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El perro “Zack” fue el que detectó la irregularidad en un paquete que pasaba por la cinta transportadora, durante los controles rutinarios. Como el can reaccionó de forma positiva a la presencia de sustancias ilícitas, el paquete -que tenía como destino España- fue decomisado.
En su interior se encontraron dos termos forrados con cuerina y, tras una inspección, se encontró cocaína en forma líquida oculta en la base. Esta tenía como destino España. La cantidad es imposible de determinar aún porque se debe extraer la droga vía laboratorio. El peso bruto de ambos termos es de 1,400 kg.
Otra encomienda con droga fue descubierta por el olfato de "Vanna". Se trata de un lote de 156 tenedores que debían ser enviados a Sídney, Australia. La cocaína estaba en paquetes pequeños en forma de cilindro, ocultos en los mangos de los tenedores.