El informe sobre juventud presentado este viernes por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) considera que el trabajo infantil es el preámbulo a ese trabajo adolescente a partir de los 14 años que sí está permitido por la legislación, siempre que cumpla con determinadas condiciones.
Pero según el informe, la legislación se incumple también en el caso de los adolescentes trabajadores, un 39,5 % de los cuales realizan actividades de agricultura, ganadería, caza y pesca, consideradas peligrosas para este rango de edad y prohibidas en el Código del Trabajo.
Además, el trabajo doméstico ocupa a un 40,7 % de las adolescentes económicamente activas, mientras que un 30,9 % de ellas se dedica a actividades relacionadas con el comercio y la hostelería, de acuerdo con el estudio.
El informe precisa que más de uno de cada diez adolescentes trabaja sin haber terminado la educación primaria, pese a que las leyes establecen que los menores de 18 años sólo podrán trabajar si han culminado esta etapa de la formación escolar, o si el trabajo no impide su asistencia a la escuela.
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Así, el 16,7 % de los adolescentes de entre 14 y 17 años no estudia, y de este grupo el 60 % de las mujeres trabaja o busca trabajo, frente a un 83 % de los varones.
UNFPA alerta de la situación de precariedad laboral de los adolescentes trabajadores, el 95 % de los cuales trabaja sin un contrato, y advierte de que el trabajo temprano frecuentemente conlleva bajos ingresos y escaso acceso a prestaciones sociales, además de posibles riesgos para la salud o la educación del trabajador.
El informe llama la atención además sobre el criadazgo en Paraguay, una práctica no considerada trabajo infantil, y en la que un niño, niña o adolescente desempeña tareas domésticas en casa de terceros a cambio de manutención y educación.
UNFPA señala que el criadazgo, que según Unicef ocupa a unos 47.000 niños y niñas en todo el país, “ en la mayor parte de los casos esconde prácticas de explotación notoriamente reñidas con los más elementales derechos de niños, niñas y adolescentes ” .
Un informe de ONU Mujeres y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentado este martes en Asunción reveló que, en Paraguay, casi una de cada cinco trabajadoras domésticas tiene entre 10 y 19 años.
Según los datos de Unicef, uno de cada cuatro niños y niñas de entre 5 y 17 años es económicamente activo en el país, y un 41 % de ellos se dedica al trabajo doméstico, considerado por la OIT como una de las “ peores formas de trabajo infantil ” .
El ministro de Trabajo de Paraguay, Guillermo Sosa, declaró este miércoles que Paraguay ha abandonado la “ lista negra ” del trabajo infantil, y abogó porque el país trabaje para definir la figura del criadazgo a través de iniciativas parlamentarias.
