Buscan otro refugio para mascotas abandonadas

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Un refugio para mascotas instalado hace una semana en Trinidad, hoy anuncia su retiro del lugar. Con una actitud hostil hacia los animales rescatados, los damnificados hicieron correr a los socorristas, que buscan un nuevo sitio para las mascotas.

La crecida del río Paraguay que ya afecta a más de 18.000 familias solamente en Asunción, va dejando historias a su paso que exaltan la solidaridad del ser humano – solidaridad que en muchos casos está impregnada casi como un valor agregado en el ADN paraguayo- como también saca a luz la otra cara del comportamiento humano. Aquel que expulsa un extraño egoísmo y hasta maldad contra indefensos animales que, al igual que las personas en un caso de inundación, sufren los problemas, pasan por las mismas necesidades y tienen también, sus derechos.

Hace poco más de una semana, la organización “Narices Frías” festejaba la creación del primer refugio para animales en situación de calle o peligro que fueron afectados por la crecida del río Paraguay. Muchas de las mascotas no pudieron acompañar a sus familias en el éxodo obligado y quedaron abandonadas en las zonas inundadas, por lo que este grupo, con el apoyo de otros, empezó a trabajar en el rescate de estos animales.

“Yo pertenezco al grupo narices frías, en donde nos abocamos al rescate más que nada de perritas embarazadas, gatitos o animales con sus cachorros en situación de calle o peligro” comenta María Inés Vigo, una de las voluntarias de esta agrupación. Según María Inés, una vez que surgió la idea de crear refugios momentáneos para los animales, contactaron con otras organizaciones y se pusieron a trabajar. “Nos juntamos con la Fundación Más Manos, con Rescate Botánico y otros, que ya vienen trabajando en este tipo de actividades pero esta vez, nuestro esfuerzo iba a dedicarse más que nada para los animales afectados por la crecida” indica Vigo.

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La idea de “Narices Frías” era crear un lugar confortable en donde dejar a los animales, principalmente para que pasen la noche y puedan resguardarse de las lluvias, darles de comida e incluso atención veterinaria, mientras dure la actual crecida y las mascotas de la zona no puedan volver a sus hogares. Para el efecto, consiguieron armar un puesto en medio de los damnificados de la zona de Trinidad, a unas cuadras del siniestrado supermercado Ykua Bolaños, sobre la calle viuda de las Llanas. El puesto fue construido con aporte de los voluntarios y era el mejor lugar que consiguieron.

En el primer operativo rescate, realizado este último fin de semana, las brigadas creadas rescataron de la zona inundada a un total de 27 perritos. La mayoría de estos animalitos estaban muy cansados y presentaban síntomas de mucho estrés. “Estos perritos estaban cansados, se notaba que lucharon mucho por encontrar un lugar alto, estaban luchando por sus vidas. Lo único que querían cuando los rescatamos, era dormir” señala María Inés.

Como resultado de este gran operativo rescate, de los 27 perritos rescatados, 12 quedaron sin un lugar, por lo que decidieron que ese día pasen la noche en el refugio, de tal modo a que descansen y buscarles un hogar temporal al día siguiente. Sin embargo, cuando llevaron a los animales al refugio creado en Trinidad, se encontraron con el rechazo de prácticamente todos los damnificados de la zona.

“Les hicieron correr a los 12 perros explotando bombas, les pegaban con palos, nos trataron de todo. Nos dijeron que no iban a permitir que perros de otro lugar puedan estar en la zona. Les explicamos que era sólo por esa noche, pero no querían escuchar razones. Nos dijeron de todo” cuenta, acongojada, María Inés. “Nuestros 12 animales salieron despavoridos por las bombas, siendo que lo único que querían era dormir, de tan estresados que estaban. Lo peor que vi fue que los adultos le enseñaban a los niños que le tiren bombas a los animales, y muchos de los niños no querían” señala la voluntaria.

Para María Inés Vigo, el trabajo de “Narices Frías” no necesariamente se centra solamente en el derecho de los animales, sino encierra un trabajo que incluye muchas veces a las personas que se ven afectadas por lo que puede ocurrirle a sus mascotas. “Nos interesa la realidad de nuestros compatriotas afectados por la inundación, y nuestro trabajo en el rescate de los animales es la manera de aportar y ayudar. En el refugio que creamos es impresionante cómo los niños de las familias damnificadas acuden y disfrutan de ver a sus mascotas con buena salud” expresa María Inés.

El día que inauguraron el local para las mascotas, en medio del drama de armar las casas provisorias de refugios, la habilitación de este puesto fue como una fiesta para los niños de las familias, quienes compartieron con una chocolatada, regalitos y otros, la presencia de sus animales rescatados, cuenta María Inés. Sin embargo, debido a los últimos sucesos violentos, desde la organización ya no sienten seguridad para continuar trabajando por los animales con el refugio en la zona.

“Vamos a tener que desmontar nuestro puesto de refugio, por las amenazas que recibimos. Lastimosamente, no se puede hacer un trabajo voluntario en esas condiciones” señala María Inés, haciendo referencia a la hostilidad que sienten por parte de las personas mayores que son damnificados en la zona.

María Inés dice que probablemente, entre hoy y mañana ya estarán desmontando el puesto –creado hace apenas una semana- y estarán buscando un nuevo local en donde armar el refugio para los animalitos. Desde “Narices Frías” afirman que van a seguir buscando un sitio para las mascotas rescatadas de las aguas del río Paraguay, que va inundando casas, arrastrando barrios, pero que no arrasa la esperanza de quienes creen que las mascotas también requieren de cariño, amor y principalmente de que también se respeten sus derechos.