A la gran afluencia de pasajeros se suma la lentitud de los controles en la cabecera argentina del puente, pese a que las autoridades migratorias del vecino país prometieron reforzas los equipos de control para acelerar el paso.
"Este es un castigo qie nos imponen nuestras propias autoridades", se quejó un ciudadano de dicho país, mientras hacía con su familia la lenta marcha de avanzar metro a metro con su vehículo.
"Menos mal que por lo menos está nublado, sino esto sería un infierno con el calor", expresó otro ciudadano.
La hora más crítica fue al mediodía y las primeras horas de la tarde, por el calor. Hasta ahora la "cola" se mantiene hasta la avenida Irrazábal, por unos tres kilómetros.
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