Lorenzo Ramela, ciudadano suizo que el pasado sábado dejó el país, relató cómo un funcionario de la Dirección Nacional de Aduanas le solicitó una “colaboración” para no crearle problemas burocráticos y que así no pierda su vuelo.
El ciudadano contó que el pasado sábado a las 15:30 llegó hasta la primera zona de control en Aduanas del Aeropuerto Nacional Silvio Pettirossi. Dijo que en su maleta, además de objetos personales, había una bolsa con US$ 5.500 fruto de la venta de ganado en el país.
Durante el escaneo que realizaron en la oficina de Aduanas, aparentemente uno de los funcionarios de la citada dependencia vio el dinero. Posteriormente, Ramela fue hasta los controles de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), donde pasó sin problemas.
Ya para esperar su vuelo, fue y se sentó en la sección del espera del aeropuerto, momento en que se le acercó el funcionario que le había realizado el primer control para decirle que sabía que llevaba mucho dinero y si podía “colaborar” con él, como supuestamente él hizo lo propio con el ciudadano suizo al no alertar a sus superiores de que llevaba mucho dinero.
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“Él me dijo: ‘Te hice pasar adelante porque había mucho dinero. Te hice un favor’. Yo ya me veía venir el asunto. Viví en Paraguay por mucho tiempo. Me preguntó si yo tenía un recibo de cuánto dinero había recibido, si tenía parientes en Asunción (...) que es delito llevar mucho dinero. Le contesté que el límite es de US$ 10.000, pero me insistió que 'yo colaboré con vos', así que ‘podés colaborar con nosotros’, me dijo. Más o menos me trató de sospechoso de lavado de dinero. Me dijo que si colaboraba con lo que yo quería, no tendría que pasar de nuevo por Senad para el control por el dinero”, explicó Ramela, indignado por lo ocurrido, pues aseguró que contaba con todos los documentos del origen del dinero.
Dijo que el funcionario, a quien no pudo identificar, le pidió que lo acompañe hasta el baño para que le dé lo que él quiera “colaborar” para así no pasar por los controles burocráticos. “No estaba de acuerdo, le dije, pero le seguí. Le pasé US$ 100 y terminó el asunto. Estaba tan sorprendido”, puntualizó. “Él solo sonrió y se fue”, añadió.
Comentó que mientras vivió en Paraguay, desde los años ‘70, experimentó todo tipo de “pecheos”, especialmente cuando ingresaba al país, por parte de funcionarios de Aduanas. “Pero es la primera vez que lo hacen cuando salgo. Ahora tan descaradamente piden dinero”, subrayó.
Acoto, no obstante, que lo ocurrido para él solo representa un “incidente” que no va a sobrepasar a su amor por el Paraguay y a su gente.