La mujer se destacó no sólo por servir a su patria durante la contienda, sino además por el enorme don de persona que siempre la caracterizó; siempre regalaba una sonrisa a todos quienes la conocieron. Decreto mediante, el gobierno nacional le otorgó la condecoración medalla Cruz del Defensor que le fue impuesta por el expresidente Juan Carlos Wasmosy.
Su deceso se produjo en la capital del país la noche del martes, producto de una infección hospitalaria luego de someterse a una cirugía, pero sus familiares trasladaron su cuerpo a Fuerte Olimpo, tal como era el deseo de ella de descansar en su pueblo. Esta tarde se realizará el sepelio en el camposanto local. La municipalidad declaró 3 días de duelo distrital por el servicio prestado al país por está heroica mujer.
Años atrás, durante una entrevista, relataba varias de sus anécdotas de vida. Una de ellas guarda relación con la vida sacrificada que tuvieron con su marido, don Julián, también ya fallecido. Relataba que vivían en un establecimiento ganadero a varios kilómetros de la población y, cuando se encontraba en etapa final de parto, su marido la alzó en una carreta estirada por bueyes para iniciar el largo viaje con destino al hospital y, debido a las malas condiciones del camino y el ajetreo del viaje, el parto se realizó en plena carreta, bajo la sombra de un añejo árbol, y don Julián, quien actuó de partero, tuvo que cortar el cordón umbilical del niño con el cuchillo que llevaba en la cintura.
Doña Delia tuvo 18 hijos, 52 nietos, 69 bisnietos y cinco tataranietos. La exenfermera nació el 8 de mayo de 1917.
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