Los pobladores de Pilar fueron atraídos por los divertidos juegos tradicionales y las deliciosas comidas típicas que abundaron en los distintos locales como el mbeju, pajagua mascada, pastel mandi’o, chastaka, batiburrillo, chipa asador, etc.
Igualmente el casamiento koyguá y el Judas Kái formaron parte de los atractivos de la noche. Jóvenes artistas y grupos de danza desfilaron en los escenarios instalados en ambas instituciones, amenizando con música y baile la fiesta tradicional de San Juan. Este encuentro con las costumbres y las raíces redituó además, interesantes ingresos para las instituciones educativas que se encargaron de la organización.
