Fiestas sin celebraciones

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Mientras en gran parte del país, los fuegos artificiales estremecen el cielo y las copas se alzan para celebrar la llegada del año nuevo, cuatro familias viven rodeadas por la desesperación. “Para nosotros no hay celebraciones”, cuenta doña Obdulia.

“No podemos hacer grandes festejos desde hace más de dos años”, cuenta con un tono de tristeza fácilmente detectable al otro lado del teléfono doña Obdulia Florenciano. Lejos de lo que ocurre en gran parte del globo, de fondo no se escucha música a todo volumen o el estruendo de los fuegos artificiales, sino apenas algunas conversaciones.

Y no es para menos el pesar de esta mujer de hablar sereno, pero franco y en cuya voz y salud, la desesperación ya han dejado marcas que quedarán para siempre. Es que lleva 911 días sin conocer el paradero de uno de sus hijos, el suboficial Edelio Morínigo Florenciano, uno de los cuatro secuestrados que permanece en poder del grupo criminal EPP.

En la tarde del sábado 5 de julio de 2014, el suboficial había decidido ir a cazar junto a un grupo de amigos. Mientras se encontraban en las espesuras de un monte de la estancia Macchi Cue de la localidad de Arroyo de Oro, distrito de Horqueta, se toparon con unos desconocidos fuertemente armados: Eran los miembros del primer anillo del grupo criminal EPP, la banda que por aquel entonces mantenía en vilo a todo el país con el secuestro del adolescente Arlan Fick Bremm, el primero que perpetraban en cinco años.

Edelio y sus amigos fueron llevados a uno de los campamentos del grupo y, tras unas horas, decidieron liberar a todos, salvo al joven suboficial de Policía. Cuando dejaron ir a quienes acompañaban al efectivo policial, les dijeron que no debían contar nada y que él les alcanzaría en algunas horas más tarde. Como pasó todo un día sin que volviera, decidieron dar aviso a las autoridades, que volvieron a esperar otro día antes de iniciar las incursiones.

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Con el plagio de Edelio, el grupo criminal EPP abría una nueva etapa en la era de terror que extiende en la zona norte del país desde hace casi una década y media. Se trata del primer efectivo de la Policía que es secuestrado por la banda y era el primer plagio doble que perpetraban.

Han pasado ya 911 días desde aquel fatídico día de julio de 2014.

Uno tras otro pasaron días festivos, navidad, año nuevo, cumpleaños, días del padre y de la madre. Arlan Fick fue liberado, el grupo criminal siguió perpetrando atentados y ahora volvió a secuestrar a otra persona, un colono menonita de nombre Abrahán Fehr Banman. Además de ser el secuestro más largo en la historia de Pararaguay, el de Edelio es el primer rapto de un efectivo de la Policía.

Con el doloroso paso de los días, la esperanza va disminuyendo para don Apolonio Morínigo y doña Obdulia Florenciano, los padres del suboficial secuestrado, que siguen esperando el regreso de su hijo confiados más que nada en las versiones que les entregan las autoridades y en las que aseguran que existe información de inteligencia en la que se confirma que Edelio continúa con vida.

De hecho, confiesa doña Obdulia, los días de fiestas importantes suelen ser los más difíciles para la familia. La semana pasada vivieron la tercera Navidad con su hijo en manos del grupo criminal y este es el tercer año nuevo.

“Ahora vinieron algunos de mis hijos que estaban por Asuncion. Nos reunimos todos, pero no es para hacer fiesta ni nada. Nos reunimos como familia para pasar juntos y esperar...”, relata doña Obdulia en conversación con la redacción digital de ABC Color.

Lejos de los grandes banquetes que llevarán muchos a sus mesas, en la casa de la familia Morínigo Florenciano se preparó una cena pensada principalmente para los niños, ya que los adultos apenas si tienen ganas de comer.

“Desde que pasó Navidad no estoy bien. Estas fiestas me hacen mal. Las fiestas siempre nos afectan y casos como el nuestro son aún peor”, afirma la mujer. Tanto su salud como la de su marido se encuentran deterioradas y el factor anímico hace que todo empeore. “Ya es muy largo y no se esclarece nada”, se lamenta.

“Pasa Navidad y ahora Año Nuevo, sin saber nada de mi hijo. Cada vez que hay fiestas, estamos ansiosos, esperamos algún milagro”, continúa diciendo.

Esperan que los miembros del grupo criminal se apiaden de ellos y dejen en libertad a su hijo. Doña Obdulia vive estas noches con el presentimiento de que quizás en cualquier momento llegue alguna noticia y por eso no se despega de su teléfono. “’Se le liberó a Edelio’, es algo que esperamos escuchar”, asegura.

No muy lejos, la familia Fehr deberá vivir su segundo Año Nuevo sin la presencia del colono Abrahán Fehr Banman, quien fue secuestrado en agosto de 2015 y lleva 512 días en cautiverio. Otros que experimentan el amargo sabor de una fiestas de fin de año sin miembros de su familia son los Wiebe, cuyo hijo mayor, Franz, cumple 158 días secuestrado; y los Urbieta, cuyo patriarca, el ganadero Luis Urbieta, lleva 80 días secuestrado.

La familia Urbieta llamó días atrás a una conferencia de prensa para suplicar la liberación del ganadero, asegurando que estaban juntando de a poco los US$ 500.000 que habían pedido los secuestradores. Lo mismo hicieron los Fehr, semanas atrás, cuando en el día del cumpleaños de Abrahán rogaron que lo liberaran, recordando que no estaban en condiciones de pagar lo que se les exigía; o los Wiebe, una familia humilde cuyo hijo mayor tuvo que dejar el colegio para comenzar a trabajar y ahora está secuestrado, en manos de criminales que piden una suma que nunca podrían conseguir.

Cuatro familias comparten el dolor de no saber qué pasa con sus hijos, padres o hermanos. Para ellos el deseo de “feliz año nuevo” será apenas protocolar, y a la medianoche se unirán para elevar una plegaria, esperando ver pronto de vuelta en sus casas a sus seres queridos.

juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano