En medio de sus recuerdos, doña Justiniana Martínez dijo con euforia “aha se jey la Chaco pe” (quiero volver al Chaco), en señal de su espíritu combativo en defensa de la patria. Rodeados de sus hijos Lucila Mereles (71) y Juan Bautista Mereles (63), además de nietos y bisnietos, la heroína de la guerra del Chaco festejo 103 años. La fiesta tuvo lugar en su domicilio en San Miguel de las Misiones.
Justiniana Martínez nació en esta ciudad, el 1º de diciembre de 1913. Se alistó al Chaco con su marido, Juan de la Cruz Mencia. Fueron reclutados en San Juan Bautista, luego a Carmen del Paraná para ser transportados en tren a Asunción y de allí con destino al Chaco, según relató. Fue a la guerra como soldado raso, pero cuando descubrieron que era mujer se quedó como enfermera en la sanidad militar en el frente de batalla.
Enviudó en la guerra y terminada la contienda regresó a San Miguel y se casó en segunda nupcias con Eligio Mereles de quien tuvo dos hijos Lucila y Juan Bautista. Toda una historia de vida, trabajó como enfermera y partera empírica en San Miguel, según relató su hijo Juan Bautista.
El comandante de la Segunda de División de Caballería coronel Bernardino González entregó un pergamino de reconocimiento a la benemérita de la guerra del Chaco, por su valentía y heroísmo en la contienda chaqueña.
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La banda de música de la División de Caballería con asiento en San Juan animó la fiesta de la centenaria guerrera. Sus allegados, familiares y amigos se unieron para acercar las salutaciones a doña Justiniana.
Su hijo Juan Bautista reconoció la entrega profesional desinteresada de los doctores Carmen Zorrilla de Ramírez y Antonio Maciel, quienes asisten a cualquier hora, sea de día, de noche y madrugada para la asistencia médica gratuita, “cuando se les llama”, dijo Mereles. También agradeció el gesto del comandante de la Segunda División de Caballería, por rendir homenaje a su madre.