Guerra por caída del ‘padrino’

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El asesinato de Santiago Leguizamón el 26 de abril de 1991 marcó “un nuevo matiz” en la lucha por el territorio de los narcotraficantes en Pedro Juan Caballero. Así lo afirmó el titular de Senad, Luis Rojas. El retiro de un “padrino” facilitó la guerra.

Luis Rojas no cifró la cantidad de “capos” que operan en el negocio de la droga en Pedro Juan Caballero, pero sí dijo que “hay varios”. Tampoco dijo nombre alguno y se refirió a esta persona como “El Padrino”, que fue dueño y señor del narco en Amambay durante varios años, pero que tras el asesinato de Santiago Leguizamón –que, según Rojas, “El Padrino” no autorizó, pero sí un familiar suyo– fue perdiendo vigencia para dar más lugar a otras facciones de criminales.

No hace falta que Rojas lo nombre. Entonces, lo decimos nosotros: la persona que tiene estas características es Fahd Yamil, quien vive hoy en el Brasil.

“Pasa lo siguiente: al desaparecer el padrino, después de la muerte de Santiago Leguizamón -porque no pudo contener la acción de uno de sus parientes- va desapareciendo en la frontera. Ahí comienza la lucha de poderes de allegados a él. Comienzan a aparecer clanes, caracterizados por la violencia. Ahora ya no hay un regulador, son competencias. Este hecho de anoche no marca un antes o un después, es un nuevo matiz nomás. Aparece la venganza, nuevos autores. El sistema continúa. Hace dos años decimos que estamos en la guerra que tiene sus consecuencias muy puntuales”, detalló Rojas en conversación con ABC Color.

Consultado sobre si el atentado a Jorge Rafaat fue el más grande de la historia, Rojas dijo que no, que no hubo otros más crueles y con mayor saldo de muertos. Recordó el caso de Óscar Morel Quiñónez, asesinado en Concepción el 10 de marzo de 2010, –y el de los hermanos Mauro y Ramón Morel, asesinados en 2001.

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“Pero fue sin dudas el más sofisticado”, indicó el titular de Senad.

“El secreto es atacar el sistema financiero. Estamos trabajando con la DEA, estamos aprendiendo. Si se incauta la droga pero no a la estructura, esta va a continuar. Se debe cambiar el perfil del investigador. Ese es el camino, creeme. Ya lo demostró la historia. Lo otro (la incautación de drogas) no deja de ser importante. Facilita la investigación cuando tenés la droga”, concluyó.