Allí se encontró una bolsa de arpillera que contenía la escopeta robada de la casa de la víctima el día del plagio, el 26 de julio. Un reporte del Ministerio Público señala que se pagó un rescate de G. 3 millones.
El viernes por la siesta, una comitiva conformada por agentes Antisecuesto y la fiscala Ocampos acudieron a la propiedad de Valdecir Ferreira Da Silva, ubicada en Segunda Línea de Minga Porã. Con acompañamiento del dueño, fueron todos hasta el fondo del establecimiento.
A 500 metros de la casa de Celeste Lopes de Mattos, al costado de un arroyo, encontraron una bolsa de arpillera. Adentro estaba la escopeta calibre 20 que había sido robada de la vivienda de la víctima el día del plagio. También había un cartucho calibre 20 milímetros, una linterna pequeña, elementos de aseo, remeras y jeans, dos colchas y un par de botas de cuero negras.
Los intervinientes explicaron que llegaron hasta el lugar a partir de referencias dadas por la víctima del secuestro. Todas las evidencias fueron derivadas al Ministerio Público en Ciudad del Este para ser peritadas. Entretanto, el adolescente A.G.V., de 17 años, que está imputado como único autor del plagio, guarda reclusión en la Jefatura de Policía del Alto Paraná por disposición del Juzgado. La semana entrante se realizaría la audiencia de reconocimiento.
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El secuestro del capataz ocurrió el miércoles 26 de julio. Alrededor de las 15:30, Celeste Lopes estaba regando las hortalizas en la estancia donde trabaja y fue sorprendido por un hombre que, a punta de arma de fuego corta y amenazándolo de muerte, lo hizo caminar hasta una zona boscosa. Con el celular de su víctima, media hora después el captor llamó a la esposa de éste y le exigió US$ 10.000 o G. 50 millones de rescate, amenazando con asesinar al brasileño y realizando disparos al aire de manera intimidatoria.
Con el correr de las horas, el monto exigido bajó y a la 21:00 se acordó el pago de G. 3 millones por la libertad de Celeste Lopes. En principio, policías y la esposa del brasileño, Lourdes de Mattos, habían dicho que el dinero no se había pagado y que el captor había abandonado a su víctima, cercado por los uniformados. Un reporte de la Fiscalía indica, sin embargo, que la plata se entregó en las cercanías de una antena telefónica, en un área oscura.
Según el reporte, con parte del dinero del rescate, el adolescente compró un celular en una casa de venta y activación de teléfonos de Minga Porã. El joven fue detenido el 28 de julio, a las 13:00, y de su poder los policías requisaron el teléfono de la víctima y el celular que él había comprado por G. 1.500.000, parte del rescate. También tenía un revólver calibre 20 milímetros.
La fiscala Zunilda Ocampos, además de la prisión preventiva, solicitó al Juzgado Penal de Adolescencia que profesionales del Poder Judicial realicen un estudio socioambiental y psicológico al adolescente.