En base a su experiencia como fiscal antisecuestros, Vera refirió que la suma solicitada y la rápida comunicación de los captores con la familia de Celeste Lopes son detalles significativos que encuadrarían el caso dentro del secuestro exprés, presuntamente perpetrado por delincuentes comunes, no vinculados al EPP.
En cuanto a la investigación del ilícito, el agente del Ministerio Público evitó ahondar en mayores detalles por respeto a la familia afectada; no obstante, tanto el Ministerio Público como la División Antisecuestros de la Policía Nacional se encuentran en plena tarea para resolver el caso.
Según Vera, el monto de US$ 10.000 a cambio de liberar al capataz resulta bastante inferior en comparación a otros casos. Del mismo modo, espera que este hecho no genere una escalada de situaciones similares, especialmente en la zona de Alto Paraná, donde hubo cierta disminución. “Hace 10 años llegamos a tener a cinco secuestrados en una sola casa y esperamos que eso no se repita”, manifestó el fiscal a ABC Cardinal.
También estableció diferencias en el perfil de los grupos delictivos al momento de cometer un secuestro. En el caso de bandas comunes, la rapidez es la norma, mientras que los grupos más organizados como el EPP “cuentan con una logística preparada y una capacitación diferente, a tal punto de que juegan con el sentimiento y con la situación que vive la familia de un secuestrado”.
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Según los datos preliminares que maneja, los captores llegaron al lugar de trabajo de López alrededor del mediodía y se lo llevaron. Posteriormente, cerca de las 16:00, desconocidos se comunicaron con el hijo del capataz y le solicitaron la suma mencionada para liberar al brasileño. El monto solicitado fue motivo de desesperación para la familia, pues asegura que no cuenta con los US$ 10.000.