Hambre y frío en la plaza

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Los treinta niños que viven en el precario campamento indígena instalado frente al Congreso Nacional sufren el frío casi sin abrigo. Allí, a la vista de quienes deciden el rumbo del país, viven como parias, mal vestidos, hambrientos y enfermos.

Hace seis meses acampan en la Plaza de Armas 30 niños y 60 adultos de la parcialidad Ava Guaraní, comunidad Jetyty Mirî departamento de Canindeyú. Exigen tierras, porque han sido despojados de los suyos. No tienen a dónde ir ni recursos para sostenerse. "¡Estamos por morir de hambre y frío!", exclamó con tono desesperado Margarita Benítez, madre de 3 hijos, unos de ellos aún en su vientre. 

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Las bajas temperaturas, sin duda, golpean con fuerza a los más indefensos y pequeños del grupo, que son los bebés y niños. Viven bajo precarias carpas de plástico que ya están todas rotas y por ende cuando llueve o el frío cala hondo,  estas no los protegen.

Este grupo vive en las narices de los parlamentarios, de todos los partidos políticos, quienes indiferentes se encierran en sus lujosas oficinas a legislar para el “pueblo”.

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Comen de la basura o de las donaciones de la gente. Los niños, en su mayoría sufren enfermedades respiratorias. Se visten apenas con remeras y andan con los pies descalzos porque no tienen abrigos.

Otros tienen algunas ropas y si se mojan ya no saben qué ponerse, comentaron las mujeres del grupo, quienes son las que buscan sortear todos estos obstáculos con sus hijos. Mientras, los hombres del grupo salen a realizar sus recorridos por el Indi, para tratar de acelerar la ayuda, que nunca llega.

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El cacique Ramón Benítez comentó que desean un pedazo de tierra en donde llevar a sus familias y tener su chacra. Afirmó que fueron expulsados de sus tierras ubicadas en el distrito de Ybyrarobaná, departamento de Canindeyú por orden judicial. Ahora piden unas 300 hectáreas de las 500 que el Estado había adquirido en Alto Paraná.

Califican al Indi directamente como una institución inútil. Los indígenas enfatizaron tantas veces en la entrevista que si no fuera por la ayuda de la ciudadanía "ya íbamos a estar todos muertos de hambre y de frio”.

Las personas de buen corazón que quieran ayudarlos con donaciones, a cualquier hora las pueden acercar directamente en la Plaza de Armas, frente al Congreso Nacional, en Asunción.

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