Informconf, paradoja laboral

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Asunción. Los deudores paraguayos viven con el estigma de saber que están en una 'lista negra' de morosos, elaborada por la firma privada Informconf y convertida en filtro laboral que muchas empresas utilizan para excluir del acceso a un puesto.

Alberto Peña

La 'lista negra' de morosos es un servicio de la empresa privada Informconf “a través del cual es posible alertar a todo el mercado paraguayo del estado de morosidad de su cliente deudor”, según explica en su página web. El servicio “limita al deudor moroso en su capacidad comercial y financiera, intimándolo a honrar su deuda denunciada”, define la empresa.

La norma general para los empleadores es no contratar a quienes estén registrados en la lista de Informconf, lo que provoca una paradoja en el moroso, que necesita un salario con el que poner sus cuentas al día, pero su misma deuda le imposibilita acceder a cualquier puesto laboral. Por este motivo, cientos de paraguayos quedan aislados en un limbo laboral y financiero del que no pueden salir, ante la rutinaria barrera que encuentran cada vez opositan a un trabajo.

En vista de esta situación, la Municipalidad de Asunción, junto con la Cooperativa San Cristóbal de ahorro y crédito, reunió esta semana en una feria de empleo a varias decenas de empresas dispuestas a obviar el estigma de la morosidad y ofrecer trabajo y capacitación laboral a los deudores. “Son personas que merecen una oportunidad laboral. Lastimosamente las empresas, simplificando el trabajo, miran si figuran en ese listado, entonces ya directamente no son tomadas las personas”, explicó a Efe el concejal de la Municipalidad asuncena Víctor Hugo Menacho.

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Más de mil personas, dijo Menacho, se acumularon frente a los mostradores en las primeras horas del día para solicitar uno de los 600 puestos de trabajo ofrecidos por las aproximadamente 60 empresas que participaron en la feria.

Daba igual que fuera de vendedores, comerciantes de auto, personal de cocina, atención al cliente, mozos, servicios generales, administrativos o teleoperadores: lo importante era poder entregar el currículum, confiando en que esta vez no iban a ser descartados simplemente por figurar en la 'lista negra'. Filas de cientos de personas, carpeta con currículum en mano y armadas de paciencia para las largas horas de espera, aguardaron su turno para registrarse y entrevistarse con la empresa que más se ajustara a su perfil.

Fanny Agüero, de 29 años, que esperaba de pie su turno al final de una larga fila, explicó que en su habitual experiencia en la búsqueda de trabajo “te salta el Informconf y ya te rechaza”. “En varios (trabajos) metí mi currículum y ya les sale directamente que estás en Informconf, y ya está anulado directamente mi papel. No me dejan trabajar en ningún lado”, destacó. Agüero, que hace un año que no trabaja, tenía su propio negocio y un segundo trabajo del que obtenía un salario que invertía en su empresa. Pero, cuando fue despedida, se acabaron los ingresos, y acumuló una deuda de más de 5.000 dólares, que ahora, al estar desempleada, no puede afrontar.

Agüero es una de las 82.000 personas registradas en paro en Paraguay, un país con 6,7 millones de habitantes, lo que se traduce en una tasa de desempleo del 5,8 %, según los datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos correspondientes al último trimestre de 2015.

Entre los desempleados con deudas que acudieron a la feria laboral, Rosarina González, de 31 años y que lleva tres meses en paro, indicó que la Expo de Empleo para morosos es “la única forma de salir adelante”, ya que tiene una deuda “elevada”. “Es imposible que uno pueda salir adelante si es que no tiene trabajo. ¿Cómo uno va a pagar su cuenta?”, expresó González.

Pese a las deudas, la falta de ingresos y el desempleo, las cientos de personas que aguardaron su turno para depositar una carpeta más en las montañas de currículos que ocupan las mesas irradian confianza en que uno de los 600 puestos que se ofertan serán suyos. Por primera vez desde que quedaron marcados como morosos, los candidatos esperaron ser valorados por sus aptitudes y capacidades, en lugar de por sus deudas.