Un inimaginable encuentro

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El sacerdote Celso Torres Peralta, secretario general adjunto de la CEP, llegó sin esperárselo y por casualidad a compartir un singular encuentro con el papa Francisco. Fue este lunes, durante una reunión con los obispos del Paraguay.

Con una dosis de picardía y mucha suerte, el padre Celso Torres Peralta llegó este lunes a estar más cerca del papa Francisco de lo que nunca hubiera soñado.

El inolvidable momento, que nos llena de orgullo a todos los paraguayos, ocurrió durante la visita “ad limina apostolorum”, una reunión que realiza el Santo Padre con obispos del mundo cada cinco años, para ponerse al tanto de cómo marchan los asuntos de la Iglesia Católica en los distintos países.

A esta cita asistió el sacerdote Celso Peralta Torres, en calidad de secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).

Cuando viajó a Roma, Italia, el padre tenía en mente que su tarea sería acompañar a los obispos y ayudarlos en lo que fuera necesario, pero no imaginó ni por casualidad que terminaría conociendo en persona al papa Francisco, y manteniendo una cercanía con el Santo Padre que cualquier creyente anhelaría.

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Coincidencia maravillosa

Una vez que los obispos ingresaron para la audiencia con el Papa, el padre Celso quedó recorriendo las instalaciones del Vaticano, cuando en un momento dado, le pregunta a un guardia suizo si podía subir a la biblioteca.

Para su sorpresa, el vigilante le dijo que sí, y cuando subió, otro de los guardias le preguntó si venía para la audiencia.

Aunque era consciente de que su entrada a la importante reunión no estaba prevista y su nombre no estaba en la lista de invitados, por alguna razón le dijo al vigilante que sí venía para el encuentro.

Este guardia lo llevó hasta la recepción, donde anunció su presencia y le dijeron que esperara, pero él, con un poco de la osadía característica del paraguayo, se animó a preguntar si le autorizaban a ingresar por un momento breve a tomarse una foto con el Santo Padre.

Los funcionarios volvieron a ingresar junto al Papa, le consultaron, y este le mandó a decir que sí podía pasar.

Casi sin poder creerlo, el cura compatriota caminó unos pasos y se encontró ante la presencia del obispo de Roma, a quien tuvo la oportunidad de saludarlo.

Este le pidió que se presentara, y al decirle que era secretario adjunto de la CEP y venía de la tierra guaraní, en un acto completamente espontáneo, lo invitó a quedarse en la reunión.

Una importante misión

Pero allí no culminaría la serie de eventos de ensueño para el cura paraguayo. Cuando todavía no podía dimensionar que estaba tan cerca del Papa, este le dijo textualmente: “Vos vas a actuar como moderador”.

Y así, de no estar invitado a un encuentro tan importante, el padre Celso terminó siendo quien autorizaba a los obispos a que hablaran.

Como nunca lo soñó, el padre Celso se convirtió en el cura paraguayo que tuvo el privilegio de servir como moderador del Papa.

Al final la reunión, que se extendió mucho más de la cuenta, el padre Celso reveló que el papa Francisco le dijo que se desenvuelve con “autoridad y humildad”, mostrándole así mucho aprecio. Ese mismo cariño que, como ya lo ha dado a conocer en anteriores ocasiones, le tiene al pueblo paraguayo.