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Esto debido a que la municipalidad no pudo terminar en tiempo y forma la construcción de las aulas, pese a que en los dos últimos años la administración del intendente colorado Albino Ferrer recibió G. 14.754 millones, en concepto de Fonacide, trasferido por el Ministerio de Hacienda. A esto se suman de varios locales escolares se encuentran rodeado de potenciales criaderos del mosquito que trasmite el dengue.
La ciudad universitaria es una de las ciudades donde las quejas de los propios alumnos y padres de familia no se hacen esperar. Es más el año pasado hubo toma de colegios y escuelas, así como sentatas y otros tipos de medidas para forzar a la municipalidad a invertir en mejoras de aulas.
Una de las instituciones afectadas es el Centro Regional de Educación Saturio Ríos, donde 1.200 alumnos del nivel medio y técnico recién iniciarán el 1 de marzo. Esto porque no tienen aulas donde dar clases, pues en enero empezó la construcción de seis aulas y refacción de 15 salas, secretaría, sala de profesores, dos baños sexados y otros.
Además, las salas provisorias, de carpas, no estuvieron instaladas a tiempo. De hecho sólo llegaron 7 de 15 necesarias, pero el interventor Bernardo Boris dijo que igual podrán iniciar las actividades porque serán ubicados los estudiantes que no tengan acceso a las aulas móviles en el sector del Instituto de Formación Docente.
Otra institución donde no se iniciaron las clases el 21, día fijado por el Ministerio de Educación, es la escuela municipal Nº 5 "San Francisco de Asís", de Barcequillo. La misma cuenta con 330 del nivel inicial al noveno grado.
Recién entre el jueves 22 y viernes 23 fueron incorporándose los alumnos, debido a que la refacción de nueve aulas, la dirección y la construcción de dos nuevas salas de clases, cuya construcción iniciaron en enero de 2017, terminarían en las próximas tres a cuatro semanas.
La directora Isabel Rojas dijo que la empresa prometió que para el fin de semana van a estar listas cuatro aulas, a fin de que los alumnos puedan iniciar las clases. Pero, cada una de ellas, serán usufructuadas por dos grados, hasta que las obras culminen.
Las obras en esta escuela así como en otras tuvieron un atraso porque en marzo pararon por unos 15 días, debido a la falta de pago de parte de la empresa a los obreros, y luego volvieron a parar en varias ocasiones por problemas similares. Los trabajos fueron adjudicados por la comuna a la empresa Construmax, de Nidia Silva.
El año pasado, tras iniciarse las tareas de construcción, los niños durante todo el 2017 asistieron a clases bajo aulas de carpas, soportando calor y frío, en el predio de la capilla San Francisco de Asís. Sus padres rogaban que las obras finalicen para el inicio del presente año lectivo, porque hasta hubo niños descompensados y desmotivados para seguir yendo a clases, según manifestaron.
Por otro lado, alumnos de la escuela municipal María Auxiliadora del barrio San Francisco de Calle'í, que el año pasado iniciaron las clases bajo árboles, este año lo hicieron en el tinglado de la capilla Santa María.
Sucede que el 16 de enero de 2017 se habían clausurado cinco aulas, un comedor y biblioteca, por peligro de derrumbe y las refacciones recién iniciaron el 17 de enero pasado, mientras que desde el 2015 que se viene insistiendo para que la escuela sea reparada.
Los padres refirieron que la capilla, sin bien queda a unos 600 metros de la escuela, a causa de se trata de un barrio donde la inseguridad reina, varios optaron por cambiar a otra escuela a sus hijos. Una de las madres que prefirió el anonimato detalló que muchos niños llegaban en ómnibus hasta la escuela, pero la unidad de trasporte público interno no va hasta la capilla.
El Colegio Nacional San Lorenzo, ubicada en plena zona céntrica de la ciduad, tampoco terminó la refacción de seis aulas, con peligro de derrumbe y que fueron clausuradas ya en octubre de 2016. Los trabajos iniciaron un año después, pero en vacaciones los trabajos tampoco continuaron, de acuerdo a las quejas.
Además, en este colegio, otras tres aulas fueron clausuradas en setiembre de 2017, tras el susto que se llevaron alumnos al caer parte del techo del corredor de la planta alta. Los padres señalaron su preocupación porque sus hijos tendrán de nuevo que ser acomodados en el tinglado, compartir aulas o a estar bajo árboles.
“Nos preocupa que nuestros hijos tengan que, de nuevo, dar clase bajo árboles, cuando llueve se desesperan porque no pueden desarrollar tareas, nada. Nos causa indignación porque a la par que hubo vacaciones las obras también pararon”, se lamentó una madre que prefirió el anonimato.
La directora Cristina Duré dijo que tiene la promesa de que en unos días más los trabajos ya van a estar finalizados en las seis aulas en refacción. En tanto, comentó que en la comuna les informaron que las refacción de las tres aulas restantes están en proceso de llamado a licitación.
Por otro lado, si bien la municipalidad realizó la fumigación de varios locales escolares, muchos se encuentran rodeados de baldíos y veredas llenos de potenciales criaderos del mosquito vector del dengue, la fiebre amarilla y chikungunya, como es el caso de las escuelas municipales San Francisco y María Auxiliadora, Saturio Ríos y San Lorenzo.
Las autoridades sanitarias suelen alertar que la fumigación solo mata los mosquitos, pero no las larvas que se crían en cualquier recipiente que junta agua.