En la tarde de este miércoles, la fiscal Carolina Romero Barriocanal y efectivos de investigación de delitos de la Policía Nacional, así como uniformados de la Comisaría de Choré, realizaron un allanamiento a la casa de los padres del intendente de la localidad, Carlos Giménez, así como a la estancia del mismo, ubicada en la misma localidad.
Tras la pesquisa, en la casa fue incautado un revólver de Calibre 44 mm, mientras que de su estancia fue encontrada una caja de pistola y dos vainillas servidas de un arma 9 mm.
El intendente no se encontraba presente en ninguno de los dos lugares. En la vivienda solo se encontraban familiares del jefe comunal.
Si bien el intendente niega haber efectuado disparos en dirección al sacerdote Bernardo Cristaldo Mieres (hermano del líder del EPP Manuel Cristaldo Mieres), para la fiscala es un hecho que los realizó. Incluso, la agente del Ministerio Público dijo que se cuenta con testigos del ataque.
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Estas evidencias servirán para cotejar información, informó la fiscala al corresponsal de ABC Color Sergio Escobar.
Además de la imputación, la fiscal del caso solicitó medidas cautelares para el intendente, entre las que se encuentran la prohibición de salida del país, prohibición de acercarse a la víctima, prohibición de portar armas, y la obligación de presentarse cada fin de mes al Juzgado de su localidad.
Por otra parte, el intendente fue convocado el lunes a prestar declaración en la Fiscalía.
En estos momentos el intendente no tiene orden de detención. Sin embargo, no se encontraba en la localidad, y sus familiares no supieron decir dónde se encontraba.
Tras insistentes llamados, el administrador de Choré atendió a nuestro corresponsal de la zona y le comunicó que se encontraba regresando de Asunción.
Aseguró que mañana mismo se presentará a la Fiscalía en compañía de su abogado para regularizar su situación ante la justicia. Ante la consulta, una vez más negó haber disparado contra el cura.
Según denunció el sacerdote Bernardo Cristaldo Mieres, en la noche del pasado domingo 21 de agosto, el intendente Carlos Giménez se dirigió a la casa parroquial y mantuvieron una discusión en la que el administrador le reclamó al cura por “no quererlo”, y le advirtió que “no lo fallara”. Tras esto, según el religioso, comenzó a lanzar disparos muy cerca de él para asustarlo.
