La Itaipú, para evitar pagar los alrededor de 5 millones de dólares que adeuda a las constructoras y las subcontratistas, ha recurrido a la figura de la “multa por atraso” en la entrega de las obras, lo cual las empresas consideran que es una abierta violación del contrato, que establece claramente la ampliación del plazo por los días no trabajados por fuerza mayor como es el caso de las lluvias.
Sin embargo, desde la binacional alegan que las obras debieron concluirse el pasado 15 de noviembre sin ninguna prórroga ya que, según afirman sus fiscales, solamente ha llovido en los alrededores de Zeballos Cué y no en la zona de obra específica durante la ejecución del contrato.
Según estimación del empresariado local, indirectamente, alrededor 5.000 personas estarían siendo afectadas por la falta de pagos de la Itaipú a las empresas constructoras, ya que estas a su vez adeudan salarios a sus empleados y tienen millonarios compromisos por provisión de materiales y servicios con alrededor de 200 pequeñas empresas que emplean en promedio alrededor de 10 personas cada una. En la ejecución de las obras llegaron a trabajar alrededor de 2.000 obreros en la construcción de los edificios, calles, desagües, plaza, iglesia y otras áreas.
Consultado al respecto, el director de Coordinación de Itaipú, Ing. Pedro Domaniczky, se limitó a decir que “siempre estamos insistiendo en que se cumplan los plazos, somos un poco rígidos en ese sentido”. Las empresas afectadas han intentado reunirse con el director de Itaipú, James Spalding, y los consejeros, pero estos no les agendan ninguna reunión.
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