La información fue confirmada por el doctor Marcos Melgarejo, jefe de cirugía del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu.
La decisión de intervenir a Jennifer para colocarle un corazón artificial se dio debido a que la niña ha esperado más de seis meses por un donante sin éxito, y en las últimas semanas su organismo se encuentra muy deteriorado, manifestó el médico a ABC Color.
Es por eso que se planteó la idea a los padres y estos autorizaron el implante del corazón artificial en el cuerpo de la niña.
“Creemos que ella va a ir empeorando si no aparece un donante y esto puede ser mortal”, afirmó el doctor.
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El galeno aclaró que los familiares fueron informados detalladamente acerca de los riesgos que implica un implante de corazón artificial, y se les pidió que fueran a su hogar a conversar, para tomar la decisión con tranquilidad.
Finalmente, el martes, los padres comunicaron que aceptarán tomar la el riesgo, de manera a que su hija reciba este corazón artificial de larga duración.
Según precisó el profesional, ahora inicia un proceso de varios días en los que se preparará bien a Jennifer, realizándole varios estudios y suspenderle ciertos medicamentos, de manera a que llegue lista para su ingreso a quirófano.
Riesgos
En cuanto a los riesgos que tendrá la niña luego del trasplante, el doctor no ocultó el hecho de que la intervención es de alto riesgo y tiene numerosas probables complicaciones. Es por esto, dijo, que esperaron lo máximo posible un donante antes de recurrir a esta alternativa.
“Cuando ya no hay otra chance se toma esta decisión, porque tiene riesgo de vida”.
Si bien no se da rechazo del organismo al aparato, sí se dan peligros inherentes a una cirugía grande, como sangrado, formación de coágulos, pues es un cuerpo extraño el que estará dentro del organismo de la niña”, señaló el médico.
El único lugar de nuestro país donde se cuenta con corazones artificiales es el Hospital de Acosta Ñu.
No es la primera vez que se realiza este procedimiento médico a un niño. En el año 2013 ya le realizaron un implante a Jesús Leiva, de 9 años, un niño que tuvo el corazón artificial por tres semanas, hasta que apareció el donante y fue trasplantado, viviendo casi tres años más.
“Es solo para ganar tiempo”
El médico aclaró que el corazón artificial no está pensado para funcionar permanentemente en el cuerpo de la persona, sino que sirve como “un puente”, que brinda más tiempo a los médicos para encontrar un donante y realizar el trasplante.
Según precisó el profesional, el estado de Jennifer es delicado, pues tiene una miocardiopatía restrictiva dilatada en fase terminal, y de seguir sin trasplante, corre riesgo de muerte súbita.
Unos 20 profesionales de la salud trabajarán en el quirófano durante la cirugía de Jennifer, que durará un promedio de cuatro horas.
