Puestos aduaneros bajo agua

“Desde hoy nosotros estamos totalmente nulos operativamente”. Así empieza su relato Víctor Olmedo, administrador de la Aduana de Itá Enramada, uno de los puestos más afectados por la crecida del río Paraguay. En efecto, este local aduanero dejó de funcionar con la balsa ya que desde el lado argentino de Clorinda se suspendieron las operaciones. Esta Aduanas ahora apenas está habilitada para lanchas o canoas.

Las autoridades argentinas tomaron la citada determinación debido a que el agua ya superó la rampa y el muelle del puerto de Clorinda, por lo que se optó por anular la operación para la balsa, teniendo en cuenta el peligro que representa operar en esas condiciones. Con esto, todas las operaciones se trasladaron desde esta mañana al puerto de Clorinda con Falcón, por donde se podrá seguir con los despachos.

“Acá vamos a seguir trabajando con los despachos menores, que todavía se pueden trasladar en lanchas o caonas. Es importante aclarar que para el traslado de personas, ya sea con vehículos particulares o buses menores, así como camiones, está totalmente anulado, por la inoperatividad de la balsa”, insiste Olmedo. 

Dice además que desde hace una semana los camiones de gran porte ya no están operando por este local aduanero, ya que justamente el nivel del río hizo que solamente se utilice para camiones pequeños o vehículos particulares. Sin embargo, ante el constante aumento del caudal, desde hoy se resolvió anular la utilización de la balsa.

Actualmente, la oficina de Resguardo y una parte del estacionamiento para camiones ya está bajo agua en esta Aduana. Olmedo señala que ahora se deberá esperar la buena predisposición de los aduaneros argentinos –que están en Buenos Aires- para autorizar de vuelta utilizar la balsa. “La última vez de una crecida así estuvimos 8 meses esperando, porque desde Buenos Aires tienen que autorizar varias cosas, se tarda mucho” dice Olmedo.

En Puerto Falcón, la situación no llega a los límites de Itá Enramada pero igual preocupa a las autoridades aduaneras. En ese sentido, desde hace una semana que están aplicando una serie de medidas de contingencia para tratar de que se hagan rápido los despachos y evitar juntar camiones y contenedores lo menos posible. El motivo principal es que gran parte del estacionamiento para camiones ya está tomada por las aguas del río Pilcomayo, que está llegando a niveles altísimos.

Celso Ocampos, administrador aduanero de este local, indicó que mañana y el domingo van a seguir trabajando para despachar todos los camiones posibles, con el objetivo de hacer lugar para las cargas que todavía faltan llegar. El funcionario dijo además que las casetas de migraciones que se colocaron a mitad de año en la zona quedaron bajo agua y muchos perdieron el techo con la tormenta de días pasados. Agregó que estas casetas fueron reubicadas en otro lugar seco para que se pueda seguir atendiendo a la gente.

Por esta Aduana también pasan ahora muchas de las operaciones que se realizaban antes en la Aduana de Nanawa (ex puerto Elsa) que también limita con Clorinda, pero que a estas alturas está prácticamente aislada por las aguas. "Los pobladores a estas alturas ya no piensan en las mercaderías -la mayoría se dedica al comercio fronterizo- sino más bien en salvar sus casas", indica el aduanero. 

Con respecto a los camiones que deberían haber hecho su despacho en Itá Enramada, Ocampos explicó que el plan de contingencia permitirá que dichos camiones pasen por Falcón y, mediante un permiso especial de tránsito interno, lleguen hasta Itá Enramada en donde podrán finiquitar sus despachos ya sea de importación. Igualmente, aquellos vehículos que tenían que exportar por Itá Enramada, podrán salir por Falcón y hacer el mismo trámite en el lado argentino.

En Puerto Fénix, a su vez, la administración privada decidió construir un muro por encima del muelle y también en otras zonas bajas para evitar que el agua vaya ganando terreno. El administrador aduanero de este local, Alcides Brizuela, menciona que desde hoy también están trabajando con motobomba para sacar agua del estacionamiento y de la zona en donde se colocan los contenedores y los vehículos que llegan desde el exterior. Según Brizuela, actualmente se tienen 400 contenedores en el Puerto y se espera para dentro de unos días otros 300 que deben llegar en un buque grande.

“La gente del puerto privado ya trabaja para que el agua no siga avanzando, pero hoy decidimos en llevar los automóviles importados a zonas más altas y ubicar contenedores vacíos abajo y los cargados arriba, para salvaguardar las mercaderías” explica Brizuela.

En general, estos administradores sostienen que si bien se dejó de tener importación, de alguna manera los números a nivel anual son superiores con relación a lo que se habían obtenido en estos puestos aduaneros en 2014.