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Los pobladores de la zona comunicaron el hecho a los agentes del orden del distrito, que accedieron al lugar, pero no pudieron dar con el piloto de la aeronave.
El jefe de la comisaría 16ª de Cerrito, suboficial mayor Roberto Gustavo Espínola, acompañado de agentes policiales, se constituyó en el lugar a bordo de una embarcación, visualizando la avioneta monomotor con matrícula ZP-T, de color blanco con franja azul, que fue hallada en el lugar denominado Rivero Cué, a orillas del río Paraná.
Al percatarse de la presencia policial, los tripulantes se dieron a la fuga.
En el lugar, además de la aeronave, fueron ubicados 10 bidones, siete de ellos cargados con combustible, presumiblemente para el avión
La Policía dio participación al fiscal de la zona, abogado David Cabral.
Curuzú Abá es una compañía de Cerrito desde la que estarían operando los traficantes de drogas para acceder al mercado argentino. Este sería uno de los puntos desde los que se proveía de toneladas de marihuana a la organización recientemente desbaratada en la localidad argentina de Itatí.
En varias Islas de la zona operarían los narcotraficantes con depósitos para los estupefacientes, deslizadoras y aviones que despegan desde pistas clandestinas ubicadas en las mismas islas y en establecimientos privados de la zona fronteriza.
La mafia que opera en el sur habría contado con la protección de agentes antinarcóticos de la Policía Nacional. Recientemente, el mismo jefe de la Unidad en el departamento de Ñeembucú, oficial inspector Hugo Ortiz, había sido detenido en Misiones mientras presumiblemente escoltaba una gran carga de marihuana con otros agentes de diferentes puntos del país.