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Una vez por semana, María Delfina Mereles toma sus pesados canastos y bolsos y viaja en dos colectivos desde la compañía Cerro León, de Paraguarí, hasta Asunción. Sus 83 años no le impiden esforzarse para llevar al menos 10 kilos de queso, 10 docenas de huevos y varios potes de maní para venderlos en el Mercado 4.
La mujer comenta que desde hace más de 60 años se dedica a este trabajo y ya tiene sus clientes fijos, quienes le compran todos sus productos en cada jornada. Tiene 10 hijos, todos mayores de edad, quienes -afirman- le instan a dejar de trabajar para que pueda descansar en casa.
Sin embargo, doña Delfina se resiste a hacerlo porque prefiere ganar su propio dinero. Asegura que, pese a la objeción de sus hijos, seguirá realizando la misma rutina todas las semanas mientras que su estado de salud se lo permita.
Todos los choferes de las dos líneas de transporte público que debe tomar para llegar hasta Asunción la conocen, por lo cual la ayudan a subir sus productos a los colectivos y la tratan con amabilidad, reportó la periodista Kiara Coronel para ABC TV.
Con una amplia sonrisa, mostró a un equipo de ABC TV cómo prepara sus maníes para venderlos tostados y triturados a sus clientes. Ella misma se encarga durante la semana de ir preparando también el queso y los huevos que luego va a vender.
La cámaras la filmaron trabajando en su precaria cocina y registraron el entorno de pobreza en que vive, pese a su esfuerzo cotidiano.
Su historia se hizo viral días atrás, cuando una persona compartió una fotografía donde se la ve dormitando y cargando sus productos a bordo de un colectivo. Muchas personas lamentaron en las redes sociales que, a su edad, doña Delfina tenga que seguir trabajando tan arduo para tener su dinero propio y mantenerse, mientras los políticos se enriquecen a costa del pueblo.