Ni los chanchos se salvan de los ladrones

La denunciante es Crescencia Galeano (76), domiciliada en la compañía Arasaty, distante a unos 14 kilómetros del casco urbano de la ciudad.

La víctima relató que todas los días se dedica a producir queso, criar gallinas (para vender huevos) y también a la cría de cerdos. Criticó que quienes no quieren trabajar terminen perjudicando a la gente que lucha por sobrevivir.

Puntualizó que el cerdo que tenía previsto vender para las fiestas de fin de año tiene ya un costo de G. 600.000.

Ña Crescencia agregó que la inseguridad es lamentable, ya que no hay más respeto hacia nadie y las autoridades no actúan. "A este gente le es más fácil salir a perjudicar a los que nos sacrificamos, principalmente en las compañías, donde ni siquiera tenemos un puesto policial", cuestionó.

Informó que denunció el hecho en la comisaria local y los efectivos policiales hicieron un seguimiento, por las pisadas de los presuntos malvivientes, pero en una parte del camino perdieron todo tipo de rastro.

Por último, lamentó que hoy uno tenga que estar armado para defenderse ante la inseguridad reinante en la zona.