La niña inicia su escrito dirigido a Dios para agradecer por la vida y la familia que le dio. Manifiesta su desesperado deseo de conseguir un nuevo corazón para seguir con vida a fin de poder ver crecer a su hermanito Jorgito, de un año y medio, a quien tanto ama, y además expresa su deseo de poder concretar varios sueños.
El motivo más importante de sus ganas de vivir, afirma, es que su madre ya no sufra. “Que mi mamá deje de sufrir, de llorar, todas las noches recostada en su silla por la cama del hospital cuando cree que ya me dormí; y, sin embargo escuchó sus incansables oraciones”, relata Jenni, oriunda de la ciudad de Itá, quien está internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Acosta Ñú.
Otra parte de la carta refiere: “Mi mamá me enseñó que eres bueno Dios, y que para ti nada es imposible, por eso te pido un corazón nuevo. Te amo Dios”, acota la pequeña.
Por su parte, la madre Jennifer detalla que tuvieron que cambiar la plaza, los juegos, por recorridos dentro del hospital. Así mismo, manifestó la gran solidaridad que recibe de personas que le ayudan a sobrellevar las constantes subidas y bajadas de emociones. Pero muchas veces no es suficiente al ver a su pequeña descomponerse.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
“Esto es una tragedia porque estoy en la espera de la ayuda de un corazón de otra persona y no es que estoy deseando que alguien muera. Pero, sí entiendo que la muerte cerebral es irreversible, y no es que haya dinero detrás de todo esto, sino que estoy esperando un héroe, héroes que tengan la valentía que ante la tristeza de la muerte no piensen que es un punto final, sino que es un punto seguido para personas como yo y mi familia que necesitan la donación de un órgano”, refirió la mujer.
