Las manifestantes reclamaron en principio la renuncia de Ortiz y que se mejore el servicio de la aguatera, ya que dicen no tener agua desde hace días en sus viviendas.
Marile Torres, una de las usuarias, dijo que por no contar con servicio de agua potable se ven en la necesidad de comprar agua cruda del río Paraguay a un precio de G. 20.000 por cada tambor de 200 litros. Esto repercute en la salud de los integrantes de la familia y, por supuesto, en el bolsillo de las personas.
El concejal Ortiz, quien ocupa el cargo desde hace 10 años aproximadamente, dijo no estar apegado al cargo y que supuestamente lo desempeña ad honórem. "Si mi salida es la solución, ahora mismo tienen mi renuncia", enfatizó. Reconoció que el servicio es deficiente, pero dijo que se debe a la mala utilización del agua por parte de varios usuarios debido a la falta de conciencia y, por sobre todo, a la carencia de aparatos medidores en los hogares. Un promedio de 800 mil litros de agua tratada no logra abastecer a un promedio de más de 500 usuarios.
Finalmente, luego de una prolongada discusión entre las manifestantes y el presidente de la aguatera, se llegó a acuerdo para buscar la manera de que el agua pueda abastecer a los hogares. Una de estas soluciones es la colocación de los relojes medidores.
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