“Nos salvó de algo trágico”

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Ninfa Mercedes Aguilar, quien encabezó por la Fiscalía el procedimiento de desalojo en Campos Morombí el 15 de junio de 2012, declaró frente al tribunal en el marco del juicio por la masacre de Curuguaty.

“Yo, a lo mejor, no hubiese estado contando, relatando los hechos de ese día, si no hubiese sido por el comisario Erven Lovera. Él fue quien nos salvó de algo trágico”, manifestó ante el tribunal de sentencia la exfiscala Aguilar, quien en la actualidad se desempeña como jueza, informó Perla Silguero, periodista de ABC Color.

Si bien su testimonio no aportó datos muy relevantes, a diferencia de los policías, los protagonistas más directos, refirió que tenían el conocimiento de que los invasores de la propiedad de Campos Morombí formaban “un grupo peligroso, un grupo belicoso” y los identificó como los mismos que en enero de ese mismo año, 2012, habían protagonizado una violenta manifestación frente a la sede del Ministerio Público de Curuguaty, “donde habíamos vivido horas de horror; inclusive utilizaron bombas molotov”.

Volviendo al episodio del 12 de junio, Aguilar recordó que, teniendo en cuenta los antecedentes, el subcomisario Lovera resolvió que la comitiva de la Fiscalía no ingrese aún hasta tanto las fuerzas del orden establecieran diálogo con los campesinos, por lo que Aguilar y los representantes de Derechos Humanos que la acompañaban quedaron atrás, bajo la custodia de un agente de Policía.

“Después de unos minutos, cuando ingresaron (los policías), empezaron los disparos. Como estábamos en una zona peligrosa y llena de pastizales, el comisario que nos custodiaba nos pidió que nos tiremos cuerpo a tierra, porque algo pasaba más al frente”, relató. Instantes después -detalla- empezaron a ver cómo los propios policías ayudaban a los heridos, hasta que finalmente terminó la balacera. Posteriormente, la comitiva de la Fiscalía llegó hasta el centro del campamento de los campesinos, donde revisaron las tiendas y levantaron las evidencias que posteriormente fueron utilizadas en el proceso. “Hasta ahí fue el trabajo realizado dentro de Campos Morombí”, concluyó.

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Durante la ronda de preguntas, fue consultada sobre quiénes integraban el grupo al cual calificó de “belicoso” y pudo nombrar solamente a dos: a uno de ellos recordó solamente por su alias, “Pindú” (Avelino Espínola), y el otro fue Rubén Villalba. Sobre este último, rememoró un procedimiento de desalojo en el que también intervino, en Jasy Cañy, donde Villalba encabezaba a los invasores. “Fuimos hasta ese lugar y, cuando eso, los policías entraron, pero nosotros quedamos afuera, estábamos acompañados por Pablo Medina de ABC Color y ellos (los campesinos) dijeron que solo hablarían si yo ingresaba, a lo que yo no accedí. De ahí le conozco a Villalba”.

Finalmente, manifestó que tras el procedimiento, ese mismo 15 de junio de 2012, recibió amenazas contra ella y su familia, lo que había denunciado en su momento, pero que no se identificó a los responsables. Desde el arranque del juicio por la masacre de Curuguaty, en noviembre de 2015 ya declararon 34 testigos, 33 de ellos de la Policía Nacional, y se espera que en total den su testimonio 264 personas más.

Están acusados por homicidio doloso en grado de tentativa, invasión de inmueble ajeno y asociación criminal: Rubén Villalba, Felipe Martínez, Luis Olmedo, Adalberto Castro, Arnaldo Quintana, Néstor Castro, Lucía Agüero, Fani Olmedo y Dolores López, mientras que Alcides Ramírez y Juan Tillería están acusados por invasión de inmueble y asociación criminal.